Aún no hay reacciones. ¡Sé el primero!
Así pues el choque de mañana sin alcanzar tintes dramáticos, puede resultar muy influyente en el devenir de la competición. Mallorca y Cádiz están metidos en esa otra liga, paralela a la que otorga el título, y que envía a tres equipos al infierno de Segunda cada campaña. El Cádiz llega con más holgura al duelo (de hecho, de perder, seguiría por delante de los isleños), mientras que el Mallorca respira por fin después de un comienzo de temporada que no invitaba al optimismo, y que se ha enderezado con los dos últimos resultados. En el entorno del cuadro bermellón, después de los sufrimientos de la pasada temporada (en que consiguieron la permanencia en la última jornada, a costa de un Levante que parecía que la tenía ya en el bolsillo), y los de la presente, muchos han visto en estos resultados el comienzo de una escalada a cotas más altas y en las que se movía el Mallorca no hace apenas tiempo, pero Héctor Cúper prefiere ser más cauto: “no me gustan los cálculos en el fútbol porque cuando piensa que tiene tres puntos, no suma ninguno, y el revés, por eso, sólo pienso en el partido del domingo”.
Y es que a los bermellones les ha costado mucho arrancar. En las primeras nueve jornadas únicamente pudieron sumar una victoria, y fueron eliminados por un Alcoyano (Segunda B) que los borró del campo con un 4-1 que escoció sobre manera en Baleares. El técnico argentino del Mallorca supo mantener la calma, y aunque pasito a pasito, parece que los frutos del trabajo van llegando: “veo que hay un cambio bastante importante en el equipo y eso nos motiva a todos. No estamos para espejismos, sino para realidades y la nuestra es que tenemos que sumar la mayor cantidad de puntos posibles y sobre todo dando una buena imagen. Pero no podemos quedarnos sin sumar porque estamos fuera del descenso pero a una diferencia de puntos casi inexistente, estamos todos muy juntitos. Lo que más necesitamos ahora son puntos para salir adelante”. En un equipo que en los últimos años ha visto como sus figuras cambiaban de aires en verano, y había que reconstruirlo todo, el trabajo del entrenador para hacer un bloque resulta absolutamente básico para que la nave vaya a buen puerto, y sin duda, el argentino resulta un acierto para tal fin.
El que fuera entrenador de Valencia e Inter ha tenido problema para conformar la lista de convocados que ya reposa en Sancti Petri, y es que Cúper ha tenido que trabajar toda la semana con varias dudas y bastantes jugadores entre algodones. Algunos de ellos no han superado sus molestias y no se han subido al avión, mientras que otros llegan justos para el duelo de mañana en Carranza.
Vamos primero con las bajas. Desde el pasado domingo había ya una conocida, que era la del lateral Fernando Navarro, que vio una doble tarjeta amarilla ante el Sevilla, por lo que fue sancionado una jornada. Posteriormente se caía de los titulares Tuzzio. El central sudamericano sufre una rotura fibrilar que le tendrá apartado varias semanas de los terrenos de juego. Y finalmente el capitán Campano era descartado ayer por los servicios médicos. El sevillano padece una distensión en la rodilla derecha, que imposibilita su concurso en el Ramón de Carranza.
En el capítulo de altas (o no bajas), Doni, Farinós y Okubo han conseguido superar sus molestias, aunque como es normal, han tenido que entrenarse a un ritmo menor durante toda la semana. El italiano era quien lo tenía más difícil, aunque por fortuna para él, ha superado con éxito su elongación del aductor del muslo derecho. Yoshito Okubo padeció una contusión en el pie derecho que le ha hecho entrenar en solitario y Farinós ha sufrido una sobrecarga en el gemelo izquierdo, pero ambos han sido finalmente convocados por el preparador mallorquinista, que ha llamado a los siguientes futbolistas: Moyà, Prats, Maciel, Yordi, Okubo, Tuni, Borja, Pereyra, Doni, Jonás, Peralta, Iuliano, Víctor, Choutos, Cortés, Potenza, Arango y Farinós.
Una posible alineación inicial la podrían formar el exbético bajo los palos, Cortés en el lateral derecho, Iuliano y Potenza – que sustituirá al lesionado Tuzzio - en el centro de la zaga, con Maciel en el puesto de lateral izquierdo (que Fernando Navarro deja por sanción). En la medular Cúper ha confirmado que estarán Pereyra y el exmadridista Borja. Los jóvenes Jonás Gutiérrez y Tuni se abren paso día a día, y formarán la pareja de interiores, para finalmente ver arriba a Arango, con libertad de movimientos, y a Yordi como referencia en ataque.
El Cádiz afronta este encuentro con mucha motivación y ganas de derrotar a su rival, aunque todos los integrantes del cuadro amarillo insisten también en que no se trata de una final. Al contrario de lo que ocurrió en Vitoria hace seis días, y con el choque de la Copa a la vuelta de la esquina, no parece que se vayan a registrar cambios sustanciales en lo que ha venido siendo el once habitual en el Cádiz.
Donde sí hay cambios es en la convocatoria. De los que fueron a Mendizorroza, verán el duelo desde la grada Navas, Berizzo, Mario Silva y Medina. Sólo este último estaba lesionado. Los puestos que dejan libres serán ocupados por Limia, De Quintana, Benjamín (que regresa tras su baja) y Mirosalvjevic, que ha sido convocado por primera vez en la liga este año, con lo que se mostraba radiante ante la oportunidad.
Hace ya muchísimo tiempo que la afición cadista no necesita de llamamientos especiales ni incentivos para poblar Carranza hasta la bandera y dar ánimos a su equipo (ya todos los equipos que se miden a los amarillos destacan este como uno de los principales valores cadistas), pero el choque de mañana requiere un esfuerzo extra, y es que derrotar al cuadro bermellón dejaría a los de Espárrago en una situación prácticamente impensable a comienzos de temporada, con un horizonte de lo más alentado para próximos encuentros. Por ello se solicita y se espera que mañana el recinto gaditano sea una olla a presión para poner esa diferencia que decante la balanza.