A por todas. Así salió el Cádiz en la primera mitad, dispuesto a conseguir un gol cuanto antes para afrontar con tranquilidad el resto del encuentro. Con una línea defensiva que ya conocen todos los aficionados y con Diego Rivas y Miguel García como dueños del centro del campo y arriba, toda la artillería pesada: Gustavo López, Pavoni, Lobos y Dani. Y por supuesto, con el apoyo incondicional de la afición durante los 45 minutos, cerca del equipo.
Fue el conjunto de Mariano García Remón quien llevó el control del partido durante los primeros minutos, aunque no acababa de acercarse con peligro al área defendida por Cuellar, a pesar de que le acechaban una y otra vez y no paraban de sucederse los córneres. Precisamente, en los saques de esquina fue cuando el Cádiz ocasionó más problemas al guardameta visitante, pero en ocasiones los defensas y en otras la falta de acierto de los amarillos retrasaban la subida al electrónico del primer gol local, algo que la parroquia cadista esperaba con anhelo.
Primero lo intentó Miguel, con un disparo lejano desde fuera del área, tras una jugada que Dani no acertó a concluir. Después le llegó el turno a César. Lucas Lobos botó un córner, despejó un defensa y César muy atento disparó con potencia hacia el marco rival, aunque Dani desvió el tiro y el esférico salió rozando el palo derecho de la portería de Cuellar.
A la media hora de partido el Eibar comenzó a encontrarse a gusto y empezó a asediar el área amarilla. Su ocasión más clara llegaría en el minuto 32, pero Contreras estuvo acertado y evitó, como pudo, el ataque del cuadro visitante.
Pero el Cádiz no quería ceder terreno y aspiraba a seguir manteniendo la posesión de balón. Lucas Lobos y Gustavo López intercambiaban sus posiciones y daban de nuevo trabajo a Cuellar. En el 37 fue el propio Gustavo López el que ejecutó una falta desde la banda derecha, pero su compatriota no logró sorprender al guardameta rival.
Cristian, fundamental
Después llegarían las dos jugadas más importantes, en las que Cristian sería el protagonista absoluto. El lateral ha olvidado ya la lesión que le mantuvo apartado de los terrenos de juego durante varios encuentros y ha recuperado el nivel que le hizo convertirse en titular indiscutible desde el principio del campeonato liguero. Y es que Cristian no sólo es un seguro en defensa, sino que se prodiga muy bien en ataque. Se entendía a la perfección con Enrique y ahora que el extremeño está lesionado, también lo hace con Gustavo López.
En la primera jugada Cristian, convertido en extremo, se sacó de la chistera un centro en profundidad, de esos que sólo los cracks saben hacer. Sin embargo, Pavoni remató de cabeza sin fortuna. El premio en forma de gol llegó sólo un minuto después, en el 43. Lobos ejecutó un lanzamiento de esquina, despejó un defensor del Eibar y Cristian, muy atento, enganchó el esférico y de un espectacular disparo sorprendió a Cuellar, que se despistó después de que el balón golpeara en uno de sus compañeros. Quizás habría que hablar de gol en propia puerta de Urzelai, pero no por eso hay que quitarle méritos a Cristian, el verdadero artífice de la jugada junto con Lucas Lobos.
Llegó el empate
Poco le duró la alegría a la hinchada cadista, que vio cómo nada más comenzar la segunda mitad la ventaja del videomarcador desaparecía a raíz de un penalti cometido por Gonzalo Vicente. El delantero del Eibar Goiria fue el encargado de transformar la pena máxima y el gol subió al electrónico.
Fueron momentos de incertidumbre para el Cádiz que cedió el centro del campo a su rival, el único que llevó la iniciativa y cercó a Contreras, con más trabajo del que a él le hubiera gustado tener. Aunque el guardameta madrileño no le perdió la cara al encuentro en ningún momento y estuvo muy pendiente como demostró en un mano a mano con Zurutuza en el minuto 59. Después, el conjunto entrenado por Javier Mandiola dispuso de alguna ocasión más que llegó a inquietar a los cadistas congregados en el Ramón de Carranza.
Pero este Cádiz no se rinde y cuando más grises pintaban las cosas reaccionó. Mariano García Remón hizo los cambios pertinentes, el equipo recuperó su sitio sobre el terreno de juego y el público, consciente de la importancia de sumar más puntos, no cesó de animar.
El Eibar consigue el segundo
Lo que no sabían era que sufrirían más de la cuenta. La jugada fatídica del encuentro llegó en el 86 cuando Carmelo comete una falta continuada sobre Lucas Lobos. El colegiado Bernabé García sanciona con una tarjeta amarilla al jugador visitante y expulsa a Lobos por considerar que el argentino ha cometido una agresión sobre su rival. Contreras protesta y es también sancionado, lo que provoca un gran desconcierto y malestar entre los jugadores cadistas. Yagüe supo aprovechar el desentendimiento de Contreras con Gustavo López y remató en la misma área pequeña, traspasando el esférico la línea de gol.
Insuficiente fue el tiempo que quedaba para igualar el marcador, incluso con los cinco minutos que el colegiado otorgó. El próximo envite será fuera contra el Polideportivo Ejido, aunque antes llega la Copa del Rey, la competición del KO que tiene un sabor especial, y en la que el Cádiz podrá ofrecer una victoria a su afición para hacerle olvidar el mal sabor de boca que le dejó la derrota ante la S.D. Eibar.
