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Mirandilla

El club renueva su confianza en “Rubio” para seguir impulsando el desarrollo formativo y competitivo del filial amarillo

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El club renueva su confianza en “Rubio” para seguir impulsando el desarrollo formativo y competitivo del filial amarillo

 

En el fútbol formativo, los resultados nunca deben ser la única vara de medir. Pero hay temporadas que dejan huella por lo que representan. El curso 2024/25 del Cádiz CF Mirandilla fue, sin lugar a duda, una de ellas. Y en el centro de esa historia está el nombre de Francisco Cordero "Rubio", el técnico que devolvió la competitividad, la fe y el carácter a un equipo que parecía sentenciado en noviembre… y que llegó con opciones de permanencia hasta el último suspiro del campeonato.

Nacido en Lebrija el 4 de enero de 1979, Rubio llegó al banquillo del Mirandilla el 11 de noviembre de 2024, en un contexto que rozaba lo dramático. El filial amarillo era colista del Grupo IV de Segunda Federación, con solo 6 puntos de 33 posibles y una brecha de 5 puntos respecto a la salvación. Además, lo hacía al frente de la plantilla más joven de la categoría, con una media de edad de 20,2 años.

En su primera comparecencia como técnico, Rubio mostró el camino: "Han mostrado una ilusión tremenda. El talento está, solo hay que corregir detalles y crecer", afirmaba, apelando a la confianza y la formación como pilares.

El debut soñado y una reacción que ilusionó

Apenas una semana después, el 19 de noviembre, llegaba su debut frente al Linares Deportivo en la Ciudad Deportiva Bahía de Cádiz. El equipo, que venía tocado, mostró desde el primer minuto una versión mucho más sólida y competitiva. Tras una primera mitad igualada, el Mirandilla salió con determinación tras el descanso y logró adelantarse con goles de Borja Vázquez y Marcos Denia en apenas seis minutos. Aunque el conjunto visitante recortó distancias, los de Rubio supieron defender la ventaja en un tramo final tenso y lograron un valioso triunfo por 2-1, que supuso la primera gran alegría de su etapa y un punto de inflexión para creer en la reacción.

Aquel triunfo no fue un espejismo. Si bien los tres siguientes encuentros no se tradujeron en victorias, sí mostraron a un Mirandilla mucho más serio, valiente y consciente de lo que se jugaba. La segunda victoria llegó en la jornada 16, ante la UD Almería B, con tanto de Marcos Denia. En solo cinco partidos, Rubio igualó los puntos conseguidos en las 11 jornadas anteriores, lo que marcaba una clara evolución.

A partir de ahí, el crecimiento fue sostenido. Entre las jornadas 16 y 21, el Mirandilla encadenó una racha de 4 victorias y 2 empates, sumando 14 puntos que le situaron como decimoquinto clasificado con 23 puntos, a solo tres de la salvación directa. El equipo ya no era un farolillo rojo resignado, sino un conjunto temido por su intensidad, sus automatismos defensivos y su pegada arriba.

Momentos clave y resiliencia hasta el final

El calendario de primavera no fue sencillo. La victoria tardó en volver, pero llegó cuando más se necesitaba: en la jornada 27 ante la Balompédica Linense, con un solvente 0-2 en La Línea gracias a los goles de Luis Morales (p.) e Ismael Álvarez, que comenzaba a dejar huella con su irrupción. Tras esa victoria, el equipo mantuvo la tensión competitiva hasta la jornada 30, cuando venció a un rival directo como el Recreativo Granada para colocarse a solo 2 puntos del play out, con 12 en juego.

El sprint final fue de pura supervivencia. Dos derrotas y un empate pusieron al Mirandilla contra las cuerdas en la última jornada, donde solo una victoria ante el CD San Fernando y una carambola de resultados podían otorgarle el billete al play out. El equipo no falló. En un partido vibrante en la Ciudad Deportiva, los goles de Álvaro Bastida e Ismael Álvarez sellaron un 2-0 que ponía el broche a una segunda vuelta muy por encima de las expectativas.

Sin embargo, los triunfos del Villanovense y la Balona condenaron al filial a quedar en 15.ª posición, a tan solo dos puntos de la promoción de permanencia. La salvación no se logró, pero el prestigio y la credibilidad del proyecto sí. Y ese reconocimiento también se gana en el camino.

23 jornadas para creer

El análisis en frío deja cifras que invitan al reconocimiento: en sus 23 jornadas al frente, Francisco Cordero "Rubio" firmó 8 victorias, 6 empates y 9 derrotas, sumando 30 puntos. De haberse extrapolado a toda la temporada, el Mirandilla habría acabado en el 11.º puesto, dos por encima del play out y tres sobre el descenso directo.

Pero más allá de los números, el legado de Francisco Cordero está en lo que no se cuantifica. En cómo transformó un grupo dubitativo en un bloque sólido, valiente y comprometido. En cómo supo exprimir el talento de una generación que aún está en proceso de formación. Y en cómo, con un tono sereno y un discurso coherente, logró que cada fin de semana el filial compitiera con dignidad y con hambre.

Jugadores como Ismael Álvarez, Pablo Barea, Raúl Pereira, Samu Almagro, Nacho Vizcaíno, Raúl López o Javirro, todos en edad juvenil o saliendo de ella, encontraron su sitio en una categoría exigente como Segunda Federación. Eso también es entrenar. Eso también es formar.

Continuidad merecida

Por todo ello, el Cádiz CF ha decidido renovar a Francisco Cordero "Rubio" como entrenador del Cádiz CF Mirandilla. Una decisión que responde no solo a su capacidad de obtener resultados, sino a su comprensión del modelo de cantera, su perfil formador y su conexión con el proyecto de club.

“Rubio” será el encargado de liderar una nueva etapa con un grupo que ya sabe a qué juega, cómo se compite, y que puede mirar al futuro con ambición.