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General

El Cádiz más internacional

El Cádiz Club de Fútbol no sólo centra la atención de numerosas páginas de periódicos españoles. La gesta de ser un equipo modesto y estar entre los grandes en Primera División, su idiosincrasia y la

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El Cádiz Club de Fútbol no sólo centra la atención de numerosas páginas de periódicos españoles. La gesta de ser un equipo modesto y estar entre los grandes en Primera División, su idiosincrasia y la extraordinaria afición que tiene logran atraer hasta a rotativos de gran prestigio de terceros países. Este es el caso del diario británico The Guardian, uno de los más conocidos en Inglaterra. Fundado en Manchester en el año 1821, el rotativo tiene una tirada media de 350.000 ejemplares diarios, un suplemento los lunes con páginas dedicadas al deporte y miles de visitas a su portal de Internet. El equipo amarillo tuvo especial protagonismo en su edición del lunes 27 de marzo, cuando el periodista Sid Lowe publicó un extenso reportaje en el que mostró su admiración por la experiencia vivida en Cádiz, el aliento del público y las características del club gaditano. Nada más iniciar su artículo lo dicen bien claro: “Los aficionados del Cádiz con los mejores de España”.

Ofrecemos el enlace del reportaje en internet y la traducción al español.

Cada día podemos sentirnos más orgullosos de pertenecer a la familia cadista…

pincha aquí para ver el texto original

Adiós, Cádiz

Los aficionados del Cádiz son los mejores de España: alientan y corean canciones como “¡Alcohol, alcohol, alcohol, hemos venido a emborracharnos y el resultado nos da igual!”. En estos momentos, la clasificación del equipo no es buena. Escribe Sid Lowe.

Lunes 27 de marzo de 2006


Algunos hinchas cantan canciones de sus artistas favoritos, copiados de sus rivales o de credos políticos; otros, muchos desgraciadamente, apenas lo hacen. Vas al Calderón y escucharás canciones que le dedican a Fernando Torres como I Can´t Take My Eyes Off Of You; viajas a Oviedo y puedes oír entrecortadamente los desprecios hacia Luis Enrique, te sitúas entre las rudas aficiones del Osasuna, Atletic y Celta y tendrás la oportunidad de escuchar lo que realmente pueden pensar de España, y si tomas asiento en el Bernabéu o el Nou Camp, no escucharás a la afición de forma unánime por lo general. Entonces es cuando aparece la afición del Cádiz CF, una raza especial, incansable, con un sólido carácter y que dejan a un lado su hostilidad al mostrar cánticos con el beber como protagonista.

No les importa contar con un veterano y antaño goleador, Oli, o un extraordinario entrenador llamado Víctor Espárrago. Sin olvidar a Nenad Mirosavljevic, cuyos hinchas desconcertados por las 18 letras de su nombre completo, lo llaman Mortadelo, un personaje de uno de los dúos más famosos de los cómics del país. No les preocupa nada de ello, porque siempre aparece la más famosa canción del Cádiz: “¡Alcohol, alcohol, alcohol, hemos venido a emborracharnos y el resultado nos da igual!”.

Todo esto resulta muy acertado, si bien los resultados no están siendo buenos para el Cádiz. Situado en la décimonovena posición, a cuatro puntos de la salvación, han ganado seis partidos y hecho 21 goles, unas cifras que lo conducen irremisiblemente al descenso. Tras una desoladora época, el equipo regresó a Primera División doce años después, nueve de los cuales los pasó en la liga regional (sic) de Segunda División B, conocida por todos porque es relativamente fácil ir a menos y caer, y excesivamente difícil salir de ella.

Raras veces el Cádiz ha sido vencido con derrotas abultadas –perdieron 4-0 en una ocasión y en otra 3-0-, pero han tenido mala suerte este año. Juegan un fútbol más que digno, pero no anotan los goles suficientes. Tienen una enfermedad en el marcador inigualable en la categoría en la que milita, con cinco goles menos que el equipo siguiente en desaciertos. Oli, el héroe de la pasada campaña, sólo ha marcado un tanto, y ello sucedió en septiembre del pasado año, y la llegada de Lucas Lobos ha supuesto un halo de esperanza. Cuesta trabajo pensar que el Cádiz no es lo suficientemente bueno como para sobrevivir.

Equipos como el Málaga o la Real Sociedad, también en posiciones bajas, más de los que recientemente han ido descendiendo puestos, han tenido resultados capaces de ir hacia arriba, logrando un colchón de puntos. Así, hay dos puntos de distancia con respecto al Atletic en la 12 posición y el Mallorca en la 17, mientras que cuatro puntos le separa del 18, la Real Sociedad. El equipo mallorquín sólo ha perdido uno de los últimos siete encuentros desde que llegó al banquillo Gregorio Manzano, el Atletic de Bilbao ha vencido en tres consecutivamente, el Racing ha logrado defenderse, el Betis está mostrando signos de recuperación y con toda seguridad, el RCD Espanyol pugna por lograr buenos resultados en un tortuoso camino de escalada en la tabla y tras este trimestre del año, los resultados del Alavés están siendo óptimos, a pesar del ‘príncipe del Renacimiento’ Dimitry Piterman.

Por el contrario, el Málaga empató 0-0 con el Barcelona gracias a otra maravillosa actuación del linier más famoso de España, ‘Rafa no me jodas’, el Cádiz pareció incapaz de alzarse con los puntos necesarios y la Real Sociedad está cada vez peor.

Si finalmente el Cádiz CF desciende, todos ellos lo echarán de menos. Nadie siente aversión hacia este equipo, lo tratan con cariño. Con su brillante camisola amarilla, el Cádiz CF llena el estadio Ramón de Carranza desde hace cuatro años, a pesar de ser una ciudad con una población de apenas 120.000 habitantes. Su promoción contó con un personaje vestido como Darth Vader animando a incrementar el número de asistentes cuando el estadio fue ampliado. Y su más famosa estrella, el jugador más querido a lo largo de su historia, Mágico González, era tan feliz disfrutando del soplo de vida de las playas gaditanas y tocando su guitarra como dándole mil vueltas a los defensores contrarios; él, te cuentan sus fans con orgullo, se quedó dormido en una ocasión faltando al encuentro, llegó en la segunda parte y le dio la vuelta al marcador, colocándolo en un 2-0.

Hay algo especial en el Cádiz. No sólo sus jugadores, la mayoría distintos a lo habitual, sino también sus aficionados, el club, la ciudad. Es la casa del Carnaval más importante de España, y el Ramón de Carranza debe ser el único estadio donde sus fans portan pancartas con lemas como ‘Árbitro guapetón’, aclaman a los jugadores del equipo contrario y lanzan besos en lugar de objetos a David Beckham cuando saca los corners. Mientras numerosos hinchas españoles no viven un clima como un día de mediados de verano, en Cádiz son universalmente admirados por ser ruidosos, alegres y siempre pendientes de su equipo, divirtiéndose pero raras veces, si no jamás, envueltos en problemas. Jalean en su caminar entre derrotas, sencillamente no son hostiles, lo que le supone obtener éxito en su casa esta temporada, a pesar de los errores de resultados actuales.

La pasada noche se vivió una nueva prueba más. Es ya clásico en Cádiz. Y como telón de fondo, pancartas y mensajes contra el racismo y, por desgracia por la situación, frases autoilusionantes como “Sí, sí, sí, lo vamos a conseguir”. El Cádiz obtuvo un 1-1, gracias a un penalti dudoso cometido por el Atlético de Madrid. Fue un resultado bastante honroso pero que no sirve de mucha ayuda. “El punto –señaló Fernando Torres- no es bueno para nadie”. No obstante, no es cierto. El punto no sólo fue eso. El Cádiz le dio una lección al Atlético de Madrid. Al menos sobre el césped.