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Francisco Javier Yeste Navarro es un futbolista completo, en toda su extensión. Hace días me hablaba un amigo de Lezama, cantera inagotable de talentos del Athlétic, que Fran Yeste sería la figura del cuadro vasco… y pronto de la selección, y puede ser verdad. Nació en Bilbao (Provincia de Vizcaya) un lluvioso 6 de Diciembre de 1979, en el seno de una familia en la que el fútbol, y más en concreto el cuadro bilbaíno, era una religión.
Ya llevaba años la cantera vasca sin dar un autentico pelotero en banda izquierda, el último fue Garitano, que fue injustamente echado por la directiva, cuando aún hubiera podido dar unos cuantos años buenos. Yeste, la nueva perla de Lezama, puede escribir una buena página en la historia de un club plagado de nombres ilustres en la banda izquierda: Gainza, Gorostiza, Txetxu Rojo, Argote, Urtubi, el propio Garitano.
Una de las mejores ventajas que tuvo es la confianza de Rojo en sus posibilidades. Tiene cualidades para llegar muy lejos, incluso creo que ahora mismo no hay ningún jugador en toda la plantilla rojiblanca que pueda igualarle técnicamente, salvo Alkiza, que también tiene un guante en su pierna izquierda. Aún debe pulir sus defectos de concentración y trabajo defensivo, ya que son defectos que pueden no dejarle mostrar todo lo que tiene dentro. Desde pequeño jugaba en el centro del campo, alternando varias posiciones, “en Lezama aprendes a jugar casi de todo” comentó en cierta ocasión a la prensa.
Su primer equipo fue el Baskonia (segundo filial del Athlétic). Pero tras destaparse en el cuadro baskonista le llega el mejor momento de su carrera hasta entonces, ser internacional con la selección Sub 20, en la que junto con sus paisanos Casillas, Orbaiz y compañía, lograba en el verano del 99 en Nigeria ser campeones del Mundo, otro reto que hacía grande la personalidad de Yeste, de carácter afable y muy extrovertido o polémico en otras. Pero antes de ser campeón mundial en Nigeria, le pasarían dos situaciones muy relevantes. En 1998 pasa a formar parte de las categorías inferiores del Atl.Bilbao B, y poco después ya forma parte de la primera plantilla bilbaína, aunque debutó con el Athlétic cuando todavía pertenecía a las categorías inferiores de los Leones.
Yeste, dotado de un fuerte disparo, gran visión de juego y recorrido continuo por el rectángulo de juego, debuta en Primera el 7 de febrero de 1999 en el partido Racing –Athletic de la mano de Luis Fernández, con victoria local por 2-0. La temporada 99-00 fue su primer año como integrante del primer equipo, aunque disputó solamente seis partidos. Al año siguiente el entrenador contaba habitualmente con él. Jugó esa temporada 34 partidos y marcó seis goles, de los que en su momento fueron catalogados casi todos como golazos. Gran jugador y especial persona. Hasta el punto de que su personalidad fue más allá y llegó a celebrar un gol en San Mamés bajándose los pantalones y enseñando los calzonzillos. Es también ‘famoso’ por los continuos cambios de ‘look’ en su cabeza (pelo rapado, pintado, largo, corto o con cresta), es ahora el jugador-mediático del Athlétic. Así es Yeste, anarquía total sobre el césped y fuera de él. Yeste juega en las posiciones ofensivas del centro del campo, es un mediapunta dotado de una gran técnica. En sus primeras temporadas en Primera División, solía jugar en la banda izquierda, pero con el tiempo se ha demostrado que colocarlo en la banda limita muchísimo su aportación.
En un jugador de poca movilidad (parece que juega al trote), la capacidad de desmarque o el desborde por velocidad que hacen falta en la banda brillaban por su ausencia. Eso sí, su exquisita técnica y los grandes centros que salen de su pierna izquierda, le hicieron destacar hasta que se ganó el sitio en la posición de mediapunta, haciendo a veces pareja en la derecha con Tiko.
Ahora, con total libertad de movimientos, está alcanzando su mejor nivel. Es él el que da los pases buscando el desmarque de sus compañeros y su habilidad es mucho más peligrosa cuando juega más centrado y puede encarar la portería. Porque además es un gran finalizador y creo que puede promediar unos 10 goles por temporada si sigue jugando con regularidad. Siempre intenta cosas diferentes; esto hace que en ocasiones pierda el balón tontamente, y otras veces supere a varios rivales con una acción inesperada. También es un muy buen tirador de faltas, tanto centrando como tirando directamente a puerta. En su contra juega su irregularidad; es capaz tanto de pasar desapercibido (aunque luego te la puede liar en un minuto) como de organizar todo el juego ofensivo del equipo. Por otra parte, no merece la pena hablar de sus prestaciones defensivas, porque su escaso despliegue físico se reserva a acciones ofensivas. Esta forma de jugar, moviéndose por el campo con un trote cansino, hizo que le costará mucho ganarse el total apoyo de la afición de San Mamés (amante de los jugadores de garra y pelea, véase Gurpegi), situación que ha solucionado a base de regates y goles y convirtiéndose así en uno de los jugadores más queridos.
El vizcaíno tiene en su zurda un arma de excelente precisión. Ésta le permite colocar grandes centros a los atacantes del Athlétic e intentar (y conseguir) el tanto por sí mismo. Su calidad ha conseguido convertirle en el nuevo ídolo de San Mamés. Ahora debe responder. Fran Yeste, el jugador del Athletic de Bilbao, que, en San Mamés, una tarde marcó un soberano gol, como tantas y tantas ocasiones será la pesadilla d ela zaga cadista.
Javier Bautista (Jefe de Deportes de Cope Cádiz)