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Esta semana nos llega el líder de Primera, el Real Club Celta de Vigo. En la localidad gallega muchos ya hablan de que este Celta es muy parecido al de Mazinho, Mostovoi o Makelele, pero nada más lejos de la realidad, el objetivo es mantenerse y lo hace con la base del ‘infierno y de la gloria’, con jugadores que estuvieron en la Champions y que al año siguiente corrieron por Ipurúa, por ejemplo.
Pero con la Lupa ojeamos al canterazo Borja Oubiña, un jugadorazo, un mediocentro que de a poco estará entre los grandes del fútbol español, es la referencia de este nuevo Celta.
Este espigado gallego, nacido en mayo del 82, es la referencia del Celta en el ataque. No tiene el glamour de los Gustavo López, Diego Placente, Fernando Baiano, pero en el medio es el que lleva la manija del equipo. Para Fernando Vázquez, el entrenador celtiña, no hay dudas, será la referencia este año en el regreso a Primera. Oubiña, discreto donde los haya, hogareño y muy centrado en el fútbol, nació en Vigo capital, y es el fiel regreso de jugador incansable hasta llegar al primer equipo, ya que pasó por toda la cantera del equipo vigués hasta su consagración en Primera.
Debutó en Primera el 29 de octubre del 2003 en un Valencia-Celta (2-2), desde entonces, sus participaciones con el potente filial celeste han sido pocas, ya que la llamada del primer equipo, era habitual, hasta que el año pasado, con el descenso a Segunda, Vázquez decidió tirar de cantera para regresar a la élite. Hasta siete jugadores del fútbol base jugaron la pasada temporada y tres de ellos fueron indiscutibles para Vázquez (Oubiña, Israel y Jonathan). De ellos Borja Oubiña fue el tercer jugador más utilizado; Israel, el cuarto y Jonathan, el décimo, sin olvidar a Iago Bouzón, Nacho Franco, Jorge Rodríguez e Isaac. Además, Jonathan, con dos goles, y Oubiña, uno, consiguieron ver puerta.
Pero el gallego tuvo su peor momento el pasado año cuando se lesionó, precisamente en un partido ante el Cádiz, aunque ya llegaba tocado a Balaídos en aquel recordado 0-2. Borja Oubiña eludió el quirófano en un principio, y eso que la resonancia magnética descubrió que el menisco externo de su rodilla derecha estaba roto, toda una proeza, según el galeno gallego Mario Galán, sorprendido por la recuperación del canterazo, esta pretemporada también tuvo problemas. Pero se recuperó, y la llamada del primer equipo no se hizo esperar.
Oubiña tiene clase con el balón en los pies, no se complica nada, de él hablan maravillas todos los técnicos del fútbol, gallego “si está con ganas y tiene su día, la puede liar” comentaba Michel Salgado, que le conoce. Tiene recorrido, va bien en el desplazamiento de balón. El pasado año fue de lo mejor en ese aspecto… y ojo que tan solo tiene 23 años, por lo que el futuro que tiene por delante este gallego, amante de todo tipo de música y poco amigo de las entrevistas, es total. Quiere ser internacional cuanto antes, “por ahora quiero centrarme en el Celta y seguir creciendo como jugador”, comentó tras el 2-3 del Bernabéu este año. Lo mejor de Oubiña, a parte de su juego, es que poco a poco se ve con confianza de tener gol en sus botas, tiene llegada y eso le hará ser un jugador, al que si le respetan las lesiones, será internacional, cosa que ya nadie duda, “ahí tiene Aragoné un mediocentro”, dijo su entrenador tras ganar al Sevilla este domingo. Jugará junto al brasileño Iriney Santos, por lo que pararle será complicado… aunque para ello Espárrago ya sabe como pararle.
Javier Bautista (Jefe de Deportes de Cope Cádiz)