Lorenzo compareció en rueda de prensa ante los medios de comunicación y aclaró el plan de trabajo del equipo para los próximos días: “Estaremos trabajando hasta el final de la semana, y no hasta el día 5 de junio como estaba previsto. El motivo es que hay que hacer unos arreglos en los dos campos, tanto en el Carranza como en El Rosal, y se alteran las fechas de trabajo. No merece la pena negociar la visita a otro campo porque sería para un par de días”.
Quiso agregar que “daremos cuarenta días de vacaciones, y los jugadores volverán una semana antes de lo previsto”. Pero se mostró cauto, ya que “todo está a expensas de las disposiciones que tome en nuevo técnico que venga. Desde el punto de vista lógico, en el club manejamos esas fechas”.
Buenaventura asume perfectamente el rol que desempeña en el Cádiz CF: “El papel del preparador físico dentro de un equipo de trabajo lo tengo clarísimo, soy un ayudante del entrenador que venga al Cádiz. La disposición y organización del trabajo depende del entrenador, y el preparador físico que no tenga claro eso durará poco en esto”, aseveró.
Analizó, brevemente, la primera sesión de trabajo semanal. “El entrenamiento ha sido muy parecido a la última sesión que hicimos. Los lesionados siguen su proceso de recuperación y están todos mejor, nos falta la llegada de Matías que fue operado el sábado en Barcelona y llega hoy con el doctor”.
Con respecto a la operación de Matías Pavoni dijo que: “Los plazos de recuperación ya dependen del médico. Normalmente oscilan entre 6 y 12 semanas, ellos han visto el hombro por dentro y son los que tienen que opinar. Si la evolución es positiva, y el hombro lo permite, estará un poco antes, sino es así iremos con tranquilidad”.
Aclaró el motivo de la intervención en el hombro del mediapunta argentino. “Él tenía una inestabilidad que le imposibilitaba realizar algunos movimientos con normalidad y confianza. La operación pretende que recupere la confianza en ese hombro”.
Lorenzo Buenaventura quiso finalizar haciendo referencia a la marcha de Víctor Espárrago. “Cuando se va un amigo de un grupo de trabajo, siempre se echa de menos. Pero yo he despedido, o me han despedido, muchos amigos. Ellos saben que los voy a echar de menos, al igual que el que venga sabe que a los 10 minutos ya puede contar conmigo para todo, con la misma dedicación e ilusión que con los anteriores técnicos”.
