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Un sentido hermanamiento

Nuevamente, como ya pasara en Córdoba, tenemos que dedicar un especial de forma íntegra a la afición cadista, para la cual se acaban los calificativos. El ejercico de madurez, cordura y animosidad para con su equipo que realizó

Nuevamente, como ya pasara en Córdoba, tenemos que dedicar un especial de forma íntegra a la afición cadista, para la cual se acaban los calificativos. El ejercico de madurez, cordura y animosidad para con su equipo que realizó el pasado sábado es otro ejemplo que difundir por España (algunos medios nacionales podían acordarse de este tipo de cosas también cuando no hay incidentes, sino todo lo contrario), y que muestra a las claras que como el equipo y la entidad, esta afición está poco a poco asentándose en la categoría, y va dejando atrás episodios que a nadie benefician.

Recre y Cádiz, Cádiz y Huelva, son ciudades y equipos que sólo pueden estar hermanados. Las dos localidades comparten muchas cosas. Ambas forman el eje de la Costa de la Luz, que regala playas maravillosas, liberadas y desprovistas del colonialismo del turimo extranjero, son playas para sus habitantes. Pueblos marineros, con mucha historia a sus espaldas, con muchas culturas que han pisado sus tierras y arenas. Parecidos problemas sociales (con el paro y el abandono por parte de las autoridades como principales lastres a ambos lados del Guadalquivir), una idiosincracia similar que hace que sus gentes se guarden una simpatía mutua, y que haga mucho más fácil el entendimiento. Que poco cuesta llevarse bien cuando nos damos cuenta que los que tenemos a nuestro alrededor son tan semejantes a nosotros.

La historia de sus equipos de fútbol va pareja. Se mezclan en sus archivos días de gloria (el Recreativo no ha podido disfrutar de tantos años en Primera, pero rozó el título de la Copa del Rey hace tres años, algo de lo que el Cádiz no puede presumir aún) con épocas oscuras en categorías que no hacían honor a sus aficiones. Ambos carecían del estadio que merecían, aunque hoy el Recre disfruta de una instalación moderna y funcional, y el Cádiz está recorriendo el sendero que lleva a ese fin. Los dos precisan de una Ciudad Deportiva que satisfaga las nuevas necesidades. Pero por encima de todo, los dos cuentan con un elenco de seguidores que mueren por sus colores, y que llevan el nombre de sus equipos bien alto. De un encuentro así sólo se podían sacar conclusiones positivas, y así fue.

Desde bien pronto se fueron llenando de amarillo y azul las calles de Huelva, que veía atónita como los cadistas se iban amontonando en sus calles, plazas y terrazas, pues hasta la climatología, adversa y cruel durante varias semanas, se debió oler que algo bueno se cocía y se unió a la fiesta, regalando un día espléndido. Por doquier se veían cámaras que inmortalizaban a aficionados vistiendo camisetas de uno y otro equipo, fundidos en emotivos abrazos. Una sonrisa dibujaba la cara de todos ellos, ni una sola arruja, ni un ceño fruncido. Los dos querían llevarse los tres puntos, pero por encima de todo, el mismo deseo: que los mismos actos tuvieran lugar la temporada que viene, pero con los dos equipos en la Liga de las Estrellas. "Cuantos más andaluces en Primera, mucho mejor". Se gastó la frase de tanto decirla. Y a más de uno de nuestra extensa Comunidad se le debería sonrojar la cara, por lo estúpido que ha sido en tantas "vendettas" regionales. "Si nos defendiéramos a nosotros mismos como lo hacen en otros sitios..." contesta otro.

Ya en el campo, los dos animaban, además, dándole ese toque que sólo tenemos por estas latitudes. Hay que hacer lo que sea por ganar, siempre dentro del respeto mutuo. Palmas y arrengos para los suyos, algún silbido para intentar impresionar al contrario, pero todo dentro de los límites que da el fútbol, y que hace que durante dos horitas nos liberemos un poco de nuestros problemas, nuestros números rojos y nuestras penas. Al final un puntito para cada uno, que los dos dan por bueno. Aunque aún estando como está la liga y la lucha por ser por lo menos tercero, seguro que ambas directivas saborearon mucho más los minutos que siguieron al pitido final del árbitro. El mundo al revés. Los de amarillo gritan "Recre, Recre", y los de las rayas azules y blancas aplauden a rabiar, y vocean "A Primera, a primera". Juraría que he visto alguna lagrimilla. Un onubense que tengo a mi lado me susurra: "lo mismito que cuando vino el...". Bueno, mejor disfrutemos de esto.

Gracias recreativistas, gracias cadistas, y que el ejemplo cunda. Gracias a tantas y tantas peñas (Brigadas Amarillas, Sección Corrales, Norte Trompetero, Marea Amarilla, Cadistas Finos, Km0-Cadiz2, Sección Ajo, Levantera Amarilla, Frente Hepatiti, TKBTLA El Bicho Bezares, Cuatro Gatos, Resistencia Amarilla, Korsario Norte, Orgamos Kadista, Exilio cadista y un largúismo etcétera) y aficionados en general a los que nos importó cogeros el coche o el autobús, pagar una entrada, y dejaros la voz en la grada para que se oyera la de vuestro equipo en el campo.

El Cádiz, por número de puntos, es segundo en la tabla. Por número y valor de sus aficionados, ya estaría en Primera matemáticamente.