Hace casi cuatro décadas, el 25 de noviembre de 1981, meses antes del mundial de fútbol disputado en España en 1982, la Selección Nacional de la Unión Soviética visitó la “Tacita de Plata” para disputar un encuentro amistoso frente al titular de la ciudad.
Los rusos, la semana anterior a este partido, se habían clasificado de forma brillantísima para la fase final del Mundial-82, al derrotar en Tbilisi al combinado de Gales por tres goles a cero. La selección de la URSS era una de las favoritas para ocupar los puestos de honor del Mundial-82.
Si los soviéticos venían de disputar un importantísimo encuentro, el Cádiz no venía de menos. Los amarillos habían derrotado el domingo antes en Carranza a todo un Real Madrid, con un fantástico gol del gaditano Mané.
Al margen de la categoría del seleccionado soviético, el partido cobraba un inusitado interés debido a que en las filas amarillas iban a ser probados varios jugadores con los que la directiva cadista pretendía reforzar al equipo. Los jugadores a prueba eran: Turcik, yugoslavo, que jugaba en la Segunda División alemana en el Sttugart Kickers. Daniel Cano y Alberto Monzón, argentinos, procedentes del Huracán de la Primera División argentina. Y el también argentino, Luis Ruis, procedente del Estudiantes de San Luis.
Entre los jugadores rusos habría que destacar a Oleg Blokhin, considerado como la gran figura del fútbol soviético. Goleador nato – 230 goles en 10 años - , había sido denominado tres temporadas antes, `Bota de Oro´ del fútbol europeo. Era pretendido por el Real Madrid, pero su fichaje resultaba casi imposible ante la negativa de las autoridades rusas. También destacaba en aquel equipo Rinat Dasaev, portero excepcional, sin duda de los mejores del mundo. Años después recalaría en las filas del Sevilla F.C.
El equipo soviético entrenó el día antes del encuentro en el estadio Carranza. Los rusos se sorprendieron al encontrar dos porterías portátiles, ideadas por Milosevic en la pretemporada. El que fuera considerado como el mejor portero de la historia, Lev Yashin `La araña negra´, perteneciente al cuadro técnico ruso, manifestó que aquello era una idea genial, que ellos la copiarían tanto en la URSS, como cuando viniesen al Mundial.
El partido respondió a lo esperado, registrándose una muy buena entrada que dejó una recaudación de 2.600.000 pesetas. Por el Cádiz se alinearon: Catalán, Rosado, Hugo Vaca, Mané II, India, Linares, Cano, Escobar (Dieguito, 46´), Monzón, Turcik y López (Luis Ruis, 46´). Mientras que por los rusos lo hicieron: Dasaev (Dasavaev, 46´), Lozinski (Bessonov, 46´), Demianenko, Borovski, Susloparov, Daraselia, Sulakvelize, Buriak, Gutsaev, Gavrilov (Baltacha, 59´), y Shenguelia (Blokhin, 46´).
Los rusos se impusieron por un contundente 0 a 4, con goles de Gutsaev, Daraselia, Blokhin y Buriak. En el primer período el equipo amarillo aguantó bien a los rusos, los cuales sólo pudieron hacer subir un único gol al marcador porque el cancerbero cadista, Catalán, tuvo soberbias intervenciones. En esta fase del encuentro, además del portero amarillo, destacaron Hugo Vaca, completísimo todo el partido, Mane II y Rosado.
En la segunda parte, con la estrella rusa Blokhin en el terreno de juego, los soviéticos llevaron a cabo bonitas jugadas que arrancaron los aplausos de la afición gaditana. El público se tomo a broma la actuación de los cuatro jugadores que se alinearon en las filas amarillas como posibles refuerzos. Ninguno de ellos vislumbró categoría para reforzar un equipo de Primera División, como era el amarillo.
Los rusos, tras su encuentro en Cádiz, se marcharon directamente a Bratislava, donde el domingo siguiente se enfrentaban a los checos, en el último partido del grupo clasificatorio para el Mundial -82.
APUNTES HISTÓRICOS_ por Juan Sevilla, Área de Historia Cádiz CF
