La temporada 90/91 es recordada como una de las temporadas con más hechos históricos a rememorar: La promoción con el Málaga, el último partido de Liga con el Zaragoza, la goleada al Barça de Cruyff, el debut de Kiko,…, etc. A todos estos episodios podemos añadir uno más, como fue la compra de todo el taquillaje del Carranza por la Cadena SER.
En su sexta temporada consecutiva en Primera División, el equipo llegaba al final de la primera vuelta con una aguda crisis de juego y resultados. Se ocupa la última posición de la tabla clasificatoria con tan solo 13 puntos y 11 negativos. En medio de este descalabro de resultados, el entrenador Héctor Veira, vuelve a personarse en el despacho del presidente para hacerle llegar sus deseos de aceptar una nueva oferta llegada desde Argentina. Pero Irigoyen le traslada que su carta de libertad tiene un precio de 100 millones de pesetas. La realidad es que Héctor Veira vive una turbulenta situación personal.
La segunda mitad de la Liga comienza con dos empates a cero, en casa ante el débil Burgos CF, y en San Sebastián ante la Real Sociedad. Este punto conseguido como visitante es motivo suficiente para dejar entrever una pequeña reacción del equipo. Reacción que hay que confirmar en el siguiente partido, a jugar en Carranza frente al CD Logroñés de David Vidal en domingo de Carnaval. Siempre ha estado presente que los resultados obtenidos en la fiesta grande de la ciudad nunca han sido buenos. Ni buenos resultados, ni buenas taquillas, independientemente del día y hora a que se juegue, pues buena parte de la masa social cadista se ve implicada, de una u otra manera, en los festejos carnavaleros.
Los medios de comunicación locales se encargan de transmitir al aficionado lo vital del partido y la necesidad de llenar Carranza para alentar al equipo en la lucha. A tal efecto, la emisora de radio local de la Cadena Ser decide la compra de todo el taquillaje. La oferta, como no podía ser de otra manera, es sensacionalmente acogida en el Cádiz CF. En esta operación la Cadena Ser cuenta con la colaboración de Diario de Cádiz. A través de ambos medios se lanzan unas preguntas, de forma que los acertantes recibirán sus entradas gratis. Por su parte, Manuel de Irigoyen se compromete en premiar a los jugadores con una prima extra de medio millón de pesetas por ganar.
A todo esto, Veira se encuentra con una dificultad añadida: Szendrei se lesionó en el partido contra el Burgos CF y también anda renqueante Bermell. Al final, Bermell, pese a no estar plenamente recuperado, consigue llegar para tan trascendental partido, siendo uno de los porteros del filial, Alejandro, quien espera desde el banquillo su oportunidad.
El domingo 10 de febrero, a las doce del mediodía, Carranza presenta un lleno absoluto, siendo más de veinte mil personas las que se dan cita, con un ambiente en las gradas extraordinario. Multitud de disfraces dan un colorido especial, cosa que exaspera a los más supersticiosos. Habrá premios para aquella agrupación que más se haga notar durante el encuentro. El Cádiz CF salta al campo con Bermell en la portería; una línea de zagueros muy sólida, con Fernández, Carmelo, Oliva y Cortijo; Bernardo, Poli, Indio Vázquez y Barla en la medular; y en punta de lanza, el oportunismo de Husillos y el ímpetu y fuerza de Dertycia. Comienza el partido y enseguida el equipo amarillo se contagia del espíritu de la grada. El Cádiz CF es un torbellino que arrolla y se lleva por delante a su rival, que apenas tiene tiempo de reaccionar. En tales circunstancias, el Cádiz CF saca adelante el partido por 2 a 0, con goles de Dertycia y Poli, ante el reconocimiento unánime de todo Carranza, que agradece con gritos y aplausos la entrega de su equipo. En algunos momentos del partido, se llega a corear el clásico canto de “¡esto es Carnaval, esto es Carnaval...!”. Por si fuera poco, la derrota del Real Betis en el Camp Nou propicia que se abandone la cola de la clasificación en detrimento de los verdiblancos.
APUNTES HISTÓRICOS_ por Juan Sevilla, Área de Historia Cádiz CF
