Hay una tendencia generalizada a idolatrar a quienes, al margen de sus merecimientos, no conviven con nosotros, bien por muerte prematura o por vivir lejos. Por el contrario, es más difícil idolatrar a quienes, con iguales o mayores merecimientos, se cruzan entre nosotros en el día a día. Son los ídolos que andan por casa. Tan grandes o más que los otros. Va por ellos…
Jesús María Linares Loaiza, “Chico” Linares, es el jugador que más temporadas ha jugado en el Cádiz CF, hasta quince (dos como jugador del filial), de las que once fueron en Primera División. Un record muy difícil de superar y que se mantendrá durante muchos años. Y de Cádiz, donde nació el 4 de abril de 1958. En esas quince temporadas jugó 352 partidos oficiales entre Liga (300) y Copa (52), siendo superado sólo por Raúl López. Los números bastan para consagrarlo como un ídolo del cadismo. Podía jugar tanto en la línea defensiva como central, siendo un excepcional marcador, o en el centro del campo, donde era una pared para los contrarios y un apoyo constante para el juego del equipo. Viniera quien viniera y con el cartel que viniera, al final terminaba jugando “Chico”.
Linares ha trascendido al imaginario colectivo como un jugador tosco y hasta violento, como un luchador exento de cualquier atisbo de técnica. Nada más lejos de la realidad. Incluso antes de llegar al primer equipo, destacó en el filial por su faceta goleadora y lanzador de faltas. Bien es cierto que no era una “hermanita de la caridad”, pero nadie, nadie, exento de cualidades técnicas se lleva tantas temporadas jugando en la élite del fútbol español. No es que andara sobrado, desde luego, pero de ahí a ser considerado sólo como un trotón es una gran injusticia.
Sus primeros partidos con el primer equipo fue todavía sin ficha profesional, en la Copa de Andalucía, debutando en el Sánchez Pizjuán el 3 de febrero de 1976, igual que Juan José, sustituyendo a Mané. Ascendió al primer equipo en la temporada 1978/79 con una pléyade de canteranos gaditanos que dieron al club los mejores momentos de nuestra historia. Tras cinco temporadas al máximo rendimiento (dos en Primera) sorprendió su marcha al Recreativo de Huelva, quizás provocado por su involucración con la AFE, que daba sus primeros pasos, en la lucha por los derechos de los futbolistas. Jugando con el Recre, fue expulsado en Carranza. Tras tres años en El Decano, regresó a su Cádiz, donde jugó a pleno rendimiento durante ocho temporadas más, siete en Primera, acabando en la trágica de Segunda que acabó con el descenso a Segunda “B”.
A todo su historial como jugador, hay que sumar su faceta de entrenador, siendo el técnico del Cádiz CF “B” y segundo de Chaparro en el primer equipo en la temporada 1995/96; y máximo responsable en la 1999/00, siendo cesado antes de la finalización del campeonato. Linares debería ser considerado un ídolo del cadismo.
APUNTES HISTÓRICOS Manolo Granado, Área de Historia Cádiz CF
