Hay una tendencia generalizada a idolatrar a quienes, al margen de sus merecimientos, no conviven con nosotros, bien por muerte prematura o por vivir lejos. Por el contrario, es más difícil idolatrar a quienes, con iguales o mayores merecimientos, se cruzan entre nosotros en el día a día. Son los ídolos que andan por casa. Tan grandes o más que los otros. Va por ellos…
El 11 de enero de 1955 nacía en Cádiz Manuel Cosano Bernal, Mané. Gadita de pro, desde muy niño se entregó a sus dos grandes aficiones, la pesa y el fútbol. Una red y una pelota eran sus inseparables compañeras. Su velocidad, técnica para el regate y habilidad con el balón no pasaron desapercibidas para los técnicos cadistas y el “visionario” Juan Bejarano lo llevó a los infantiles del Cádiz CF. Pese a estar en edad infantil jugaba partidos con el juvenil. Estaba a otro nivel. Para acelerar su desarrollo fue cedido al Balón de Cádiz CF en 1971. La temporada 1971/72 fue caótica para Cádiz CF, pasaron hasta cinco entrenadores y se salvó del descenso a Tercera en una eliminatoria frente al Sestao SC; y el entonces técnico Adolfo Bolea (era el cuarto) lo utilizó, con tan solo 16 años, para un partido de la Copa de Andalucía (competición oficial) frente al Córdoba CF. Mané se dio a conocer al cadismo, que quedó tan asombrado como ilusionado por las cualidades de aquel niño, que recordaba a los inicios de Manolín Bueno. Junto a Mané también comenzaba a destacar otro jovencísimo jugador, Villalbita, un año mayor y que seguía progresando a un alto nivel.
Para la siguiente temporada, 1972/73, ya con Domingo Balmanya en el equipo, Mané sigue en el Balón, aunque sigue contando para la Copa de Andalucía y juega sus primeros partidos de Liga con el Cádiz CF: en la jornada 30 en Barcelona ante el San Andrés y en la 38 en Alicante frente al Hércules CF. Esa misma temporada se proclamaría Campeón de España con la Selección Juvenil de Andalucía. Desde el RCD Español, aprovechando su minoría de edad, se intenta su contratación con un simple cambio de residencia familiar, pero el presidente cadista Gutiérrez Trueba consiguió abortar la situación.
Aquel niño siguió progresando en el Cádiz CF, con su velocidad por banda, su regate fácil en carrera, su pillería y su desparpajo a la hora de medirse a la contundencia de aguerridos y veteranos defensas, que pretendían intimidarlo, consiguiendo sólo una socarrona sonrisa del gaditano. La temporada 1976/77 se hará grande formando tripleta de ataque con el veterano Quino y Villalbita, consiguiendo el Cádiz CF ascender por primera vez a Primera División. Mané destacó en aquella primera temporada en Primera, y sus diabluras por banda hicieron que popularmente se le pusiera el apelativo del “Monstruo”. Permaneció en el club hasta la temporada 1982/83, en la que lograría su tercer ascenso a Primera, después del de 1977 y el épico de 1981. Mané nunca fue un goleador, pero sus goles siempre fueron muy decisivos, quedando para la memoria el conseguido el 22 de noviembre de 1981 y que supuso la victoria al Real Madrid.
Mané, de Cadi, Cadi, con sus genialidades de crack, sus once temporadas como cadista, saldadas con 262 partidos de Liga con 44 goles, y 37 de Copa con 6 goles tiene méritos e historial para ser considerado un ÍDOLO DEL CADISMO.
APUNTES HISTÓRICOS Manolo Granado, Área de Historia Cádiz CF