Ben Harburg inunda de cadismo el campo de refugiados de Za’atari
El americano acudió presencialmente al terreno para llevar a cabo un emocionante torneo de fútbol
El Cádiz CF ha llevado la pasión amarilla al campo de refugiados de Za’atari, Jordania. La acción altruista contó con la presencia destacada del copropietario Ben Harburg, quien acudió personalmente para organizar un emocionante torneo de fútbol junto con la colaboración de la Fundación LaLiga.
El evento, que tuvo lugar en las instalaciones del campo de refugiados, buscaba proporcionar un respiro a los residentes de Za’atari, ofreciéndoles un día lleno de alegría y entretenimiento a través del deporte rey. La llegada del Cádiz CF fue recibida con entusiasmo por la comunidad local.
Ben Harburg, quien pudo compartir grandes momentos con todos los presentes, expresó su gratitud por la oportunidad de contribuir a mejorar las condiciones de vida en el campo de refugiados. "El Cádiz se compromete a utilizar el fútbol como fuerza de unión para mejorar vidas en todo el mundo. Los hijos de refugiados sirios en el campo de refugiados de Za'atari se enfrentan a condiciones difíciles y a un futuro incierto. No pueden volver a casa ni dejar atrás el campo. El fútbol es una vía de escape para muchos de ellos. Fue conmovedor verlos jugar al fútbol, sobre todo a las chicas. A muchas de ellas históricamente no se les permitía jugar. Fue asombroso verlas jugar libremente y cobrar vida en el campo", afirmó el americano.
El torneo de fútbol organizado por el Cádiz CF resultó un verdadero éxito, con equipos conformados por residentes del campo de refugiados. Tanto niños como niñas pudieron disfrutar de la iniciativa y vestir los colores del equipo amarillo. "Me llenó de orgullo ver a los niños con la camiseta del Cádiz. Somos un equipo que se enorgullece de jugar al 'fútbol de la calle' y de utilizar este deporte para unir y proporcionar alegría".
La presencia del Cádiz CF en Za’atari no solo dejó una huella imborrable en los corazones de los refugiados, sino que también resalta la importancia del deporte como agente de cambio social. A través de esta noble acción, el club amarillo ha demostrado que el fútbol va más allá de los estadios y puede ser un instrumento para construir puentes entre diferentes comunidades, creando lazos de solidaridad que perduran más allá de los 90 minutos de un partido.