En la temporada 87/88, el Cádiz CF realizó una concentración de pretemporada en el Hotel Atlanterra en la localidad gaditana de Zahara de los Atunes.
Durante la misma, en la mañana del 5 de agosto, la plantilla se ejercitaba a las órdenes de Víctor Espárrago en una playa de Barbate. Todo transcurría con normalidad, hasta que Chico Linares se apercibió de las dificultades que estaba pasando un hombre que era arrastrado por la corriente con grave riesgo de morir ahogado.
Con el natural sobresalto, Linares se lanzó al agua con la mala fortuna que se torció un tobillo. De inmediato lo hizo el joven Jose, un excelente nadador, que llegó hasta donde estaba el náufrago. Los porteros Jaro y Gómez se lanzaron al agua para ayudar a Jose a llevar el cuerpo a tierra. También lo hizo Enrique Montero viendo las dificultades que estaban sufriendo sus compañeros, provocadas por la corriente al encontrarse a dos metros de un espigón. Por fin, pasados unos minutos todos se pusieron a salvo.
Para el preparador físico del equipo Modesto Turrén se vivieron momentos de angustia: “La verdad es que los que se lanzaron, lo hicieron con gran valentía y en el instante preciso. Fue un momento difícil, porque aquel señor se ahogaba y la corriente era muy fuerte”
Afortunadamente todo quedó en un susto, aunque tal como señaló el propio Víctor Espárrago se vivieron momentos de angustia. Finalizado el incidente, el equipo siguió con su trabajo, aunque naturalmente con los comentarios de rigor.
APUNTES HISTÓRICOS_ por Juan A. Lebrero, Área de Historia Cádiz CF
