Aún no ha pasado ni una semana desde que acabara la competición para el Cádiz tras la disputa del playoff de ascenso, y Alfredo Ortuño sigue teniendo en mente todo lo vivido durante las últimas semanas. El delantero murciano ha comenzado sus vacaciones en su Yecla natal y reconoce tener "una espina por no haber subido y no darle una alegría a la afición".
Haciendo balance de la temporada, Ortuño asegura que todos hablan de "como hemos disfrutado del fútbol tanto los que estábamos dentro como los que venían a vernos", y no esconde que "Cádiz es el sitio donde mejor me he encontrado y más feliz he sido, espero que no sea mi última etapa aquí". Tras conseguir 19 goles muestra su ambición: "Hasta ahora ha sido mi mejor año y confío en mejorarlo". Sí se lamenta de no haber ayudado con goles en los últimos partidos: "Cuando un entrenador toma una decisión es porque hace lo mejor para el equipo, y Álvaro en todo momento lo ha hecho así, jugar más o menos no es garantía de éxito. En los dos partidos fuimos muy superiores y muchos compañeros merecieron marcar el gol del pase, pero lamentablemente no lo logramos".
Ortuño se niega a decir adiós al Ramón de Carranza. "Pienso en amarillo porque siempre estará en mi corazón, no descarto poder estar otro año más en Cádiz".
Lo que ya echa de menos es el cariño que los cadistas le han dado cada día: "Me han demostrado el cariño desde el minuto 1, tanto los días buenos como los días malos. En estos últimos te das cuenta que es una afición de verdad, que están ahí y apoyan a su equipo a muerte".
Si algo sorprende al ariete es que, después del palo en el Heliodoro, la reacción ha sido de satisfacción general: "Lo normal es que hubiera tristeza, pero aquí la gente ha valorado el esfuerzo del equipo, como nos hemos dejado la piel, y la alegría ha estado ahí".
