Si hay partidos que merecen otro final, este es uno de ellos. El derbi estaba condenado al empate, muy igualado desde el primer momento, y con un Cádiz sólido en tareas defensivas que había anulado completamente al Real Betis. Pero un único despiste se paga caro en LaLiga Santander, y eso pasó. Una falta lejana que acaba en centro a falta de siete minutos, fue rematado por Juanmi para convertirlo en el 0-1 y condenar el duelo.
Pero este Cádiz jugando de esta manera está más cerca de la victoria que de la derrota. Esa es la realidad. Así lo demostró el equipo desde el minuto 1, cuando un balón de Perea a Negredo dentro del área no fue controlado por el delantero ante Joel Robles. Sólo había hecho Álvaro Cervera un cambio en el once titular, con la entrada de Álex por Jairo, y con una idea muy continuista con lo sucedido en el Camp Nou.
El duelo avanzaba con mucho juego en el centro del campo y pocas aproximaciones. Un par de disparos frontales de Víctor Ruiz y Miranda no encontraron puerta, tampoco una falta lejana con un centro de Perea prolongado por Sobrino, al que no llegó Negredo por muy poco a la media hora.
Si algo estuvo más cerca antes del descanso fue el gol cadista. Salvi armó un disparo con intención que Joel despejó a córner, y un balón largo de Ledesma prolongado por Negredo recibió el remate intencionado de Rubén Sobrino pero rechazó el guardameta.
Igualdad en la primera parte que continuó en la segunda, con un Cádiz que estaba poco acertado con el balón en los pies, pero que sí creó sus acciones como un disparo de Perea en el 56 que detuvo Joel. Ledesma también apareció en el minuto 67, despejando un tiro de Guardado.
Fali se tuvo que marchar lesionado en el minuto 76 siendo sustituido por Juan Cala, antes entraron José Mari y Saponjic, y la continuidad de la tónica era la nota predominante. Pero en minuto 83, una falta lejana sacada en corto acabó con un centro templado que Juanmi cabeceó a gol. Demasiado castigo, pero buenas sensaciones. Con marzo llega las batallas de la guerra del Cädiz.
