Era la temporada 1952-53 y el Cádiz CF intentaba, una temporada más, salir del pozo de la Tercera División; y además lo hacía con cierta presión social, pues ya se estaba proyectando seriamente la construcción de un nuevo Stadium que sustituyera a vetusto Campo de Mirandilla.
Para esta temporada 1952/53, bajo la presidencia de Juan Ramón Cilleruelo, se contrata como entrenador al chileno Higinio Ortúzar, un hombre de fuerte carácter y con un sistema de entrenamiento basado en una fuerte disciplina. Su contratación no fue demasiado bien recibida por los aficionados, ni tampoco por la prensa deportiva de la época.
Para conseguir el ascenso se completa la plantilla con varios jugadores, como Armendáriz, Mariño, Salva, Turró, Durán, Antonio y Guimerans. Pero además de estos jugadores, lo que más llama la atención es la llegada como cedidos del Atlético de Madrid de cuatro hermano sevillanos, de San Juan de Aznalfarache, los hermanos COLLAR Monterrubio, Juan de Dios (1930), Pepe (1932), Antonio (1933) y Enrique (1934). ¡Y los cuatro delanteros! La identificación no era por el nombre de pila, como sería ahora, sino como I, II, III y IV.
Los hermanos Collar habían jugado al fútbol desde muy pequeños, primero en Sevilla y después en Madrid, en el barrio de Argüelles, llamando la atención de algunos equipos de competición. El mayor, Juan de Dios, fichó en el Aeronáutica de Tablada y posteriormente pasó al UD España de Tánger. Los tres pequeños, Pepe, Antonio y el diminuto Enrique formaron en la Peña Norit. Un día acudieron a unas pruebas para el Infantil del Atlético de Madrid en el Metropilitano. Antonio y Enrique terminaron convenciendo, no sin dificultad, y terminaron ingresando en la entidad rojiblanca. Pepe ficharía por la Cultural y deportiva leonesa.
En el verano de 1952, el presidente cadista fue a casa del padre de los hermanos Collar y le presentó el proyecto del club y el interés de incorporar a sus cuatro hijos al Cádiz CF. El propio padre hizo las gestiones pertinentes para conseguir que los tres clubs implicados cedieran a cada uno de los hermanos a la disciplina cadista. Y así fue. Juan de Dios, Pepe, Antonio y Enrique llegaban a Cádiz, donde sólo estuvieron esta temporada. Juan de Dios jugó sólo 7 partidos, pero con notable media goleadora, 6 goles; Pepe jugó menos, 5 partidos, anotando un gol; Antonio jugó 20 partidos con 6 goles; y Enrique, que tuvo que esperar a tener la mayoría de edad para poder debutar, también disputó 20 partidos, anotando 7 goles.
Después de sus pasos por Cádiz, Juan de Dios, Pepe y Antonio tuvieron una discreta y corta carrera, pero el pequeño, Enrique, volvió al Atlético, donde se mantuvo durante dieciséis temporadas consecutivas, convirtiéndose no sólo en un emblema del club, sino también de la Selección, donde jugó 16 partidos.
APUNTES HISTÓRICOS. Manolo Granado, Área de Historia Cádiz CF
