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Reseña histórica: Antonio Muñoz Vera

El Área de Historia nos recuerda las diferentes etapas en las que el empresario cordobés fue presidente del Cádiz CF

El Área de Historia del Cádiz CF repasa las diferentes etapas en las que Antonio Muñoz Vera fue presidente del Cádiz CF. En la historia del Cádiz CF merece un lugar destacado la figura de Antonio Muñoz Vera. Ligado al Cádiz CF durante cerca de treinta años, catorce como presidente, llegó a concretar su venta hasta en tres ocasiones, pero teniendo que volver al rescate en todas ellas para evitar la desaparición. Cadista por los cuatro costados, Antonio Muñoz asumió riesgos y responsabilidades en momentos en los que nadie apostaba por el Cádiz CF y acechaba su final.

Cordobés de nacimiento (Doña Mencía, 1945), pero gaditano de adopción, Antonio Muñoz inició su andadura en el Cádiz CF como tesorero de Manuel Irigoyen a mediados de los ochenta y estuvo hasta la llegada de “Locos por el Balón” en 2014.

Con la conversión del Club en SAD (1993) se inició un periodo crítico en la sociedad, teniendo que ser el Ayuntamiento quien comprase las acciones, que inmediatamente puso a la venta. Posteriormente será un grupo de Madrid quien se hace con ellas, “Cádiz Promociones Deportivas”, detrás del cual está el presidente del At. Madrid Jesús Gil. La gestión, tanto deportiva como institucional, es un desastre, descendiendo de 1ª a 2ª B y dejando la sociedad al borde del abismo. Es entonces cuando un grupo de gaditanos, “Plataforma pro – Cádiz”, con hombres como Antonio Muñoz, Manuel Irigoyen, Francisco González, Manuel García, Francisco Cervera, Gonzalo Gutiérrez, Francisco Alarcón y Miguel Iglesias inician gestiones para evitar la inminente desaparición. Se declara la suspensión de pagos. Finalmente, en julio de 1995, Muñoz y García asumen los avales y condiciones de Madrid y se hacen con el paquete accionarial con el compromiso de ponerlo a la venta en la ciudad. Ambos acuerdan turnarse en la presidencia, comenzando por Muñoz. La reactivación del Club es inmediata, en lo deportivo y en lo institucional. La afición vuelve a engancharse al equipo. El turno de Manuel García es corto, pues dimite en marzo de 1997 y Muñoz se queda en la presidencia en solitario.

Al no haber compradores dentro de la ciudad, las acciones vuelven a salir fuera, siendo adquiridas en noviembre de 1997 por el grupo ADA (Asesoramiento Deportivo Andaluz), ligado al grupo ZETA. Los nuevos propietarios prometen e ilusionan, pero a los pocos meses ya generan desencanto y desconfianza, encontrando la oposición del “Grupo de Cádiz”. El aficionado vuelve a desengancharse del equipo, que deambula por 2ª B. ADA se desentiende de los pagos inmediatos, ni siquiera a jugadores y trabajadores, con la amenaza inminente de descenso administrativo a 3ª. Jugadores, técnicos y resto de trabajadores se encierran en el estadio como señal de protesta. La deuda es enorme: Hacienda (548 mill.), Seguridad Social (128 mill.) y personal y acreedores (sobre 100 mill.) más otras deudas ocultas. El Cádiz CF queda a expensas de que Muñoz se haga con las acciones de ADA.

En febrero de 2001, Antonio Muñoz y Gutiérrez Polanco llegan a un acuerdo con ADA, pero necesitan el respaldo del cadismo (se necesitan 60 millones): se saca a la venta la “camiseta de la salvación”, se declara día del club el partido ante el Granada CF (31 marzo 2001), venta de acciones a 5.000 ptas. y hasta un festival de carnaval, con agrupaciones que actúan gratis. No se cumplen las expectativas de respuestas y Gutiérrez Polanco se desmarca. Muñoz lo considera suficiente y sigue adelante en solitario. Antonio Muñoz llega a un acuerdo con ADA para la compra de las acciones y el 2 de mayo de 2001 es nombrado presidente. Antonio Muñoz coge algo que nadie quiere, del que todos huyen, pues la deuda asciende a unos 1.500 millones de pesetas. El regreso de Muñoz vuelve a ser revitalizante: se crea la Fundación y la Escuela de Fútbol, se vende la sede de Cánovas del Castillo, se inicia el proyecto de remodelación del estadio, se recuperan las instalaciones de El Rosal y se cancela la deuda con Seguridad Social. Con la llegada de Pepe Mata, primero como consejero y luego como director general, se inicia un proceso de modernización, creándose gabinete de psicología, tienda oficial, departamento de atención al abonado, plataforma comercial “Cádiz Club de Empresas”, o el carnet de simpatizante; así como la expansión del cadismo por toda la provincia. La gestión institucional va unida a la deportiva, pues después de nueve temporadas en 2ª B se consigue el ascenso a 2ª. El cadismo está más ilusionado que nunca. Y todo iba a más, pues en 2ª se hace una gran temporada con Jose González y a la siguiente, con Espárrago, se logra lo que hacía unos años era una utopía: el ascenso a 1ª división. Y todo con una gran austeridad y compromiso económico, lo que derivó, entre otros condicionantes, en que no se pudiera lograr la permanencia.

Con el descenso a 2ª (1996) Muñoz considera que su compromiso ha finalizado y anuncia la búsqueda de un comprador a sus acciones. En junio de 2007 todo parecía resuelto para el traspaso al empresario Quique Pina, pero sorpresivamente se anuncia un acuerdo con el empresario Arturo Baldasano, avalado por la alcaldesa de la ciudad. La llegada de Baldasano vuelve a generar inestabilidad institucional y una pésima gestión deportiva que llevará al equipo a descender a 2ª B. Con la temporada iniciada, Baldasano se retiraba del proyecto y no hacía efectiva la compra. Muñoz vuelve por segunda vez y se recobra el equilibrio institucional y deportivo, ascendiendo a 2ª división. Sin embargo, la temporada en 2ª es un fracaso y se vuelve a caer al pozo de la 2ª B. Muñoz recibe muchas críticas y comienza a estar cansado de la situación, dando un paso al lado en favor de su hijo y nombrando presidente a Enrique Huguet. El regreso a 2ª B en el año del Centenario (2010) pone en riesgo la viabilidad económica del Club y Muñoz solicita la entrada voluntaria en Concurso de Acreedores, que, a la larga, será fundamental para la salvación de la sociedad.

En junio de 2011 Muñoz llega a un acuerdo con Enrique Pina para cederle la gestión deportiva de la temporada 2011/12 y una opción de compra. Aunque se hace un buen proyecto deportivo, no se consigue el ascenso. Las negociaciones pasan por una cesión de las acciones sin transacción económica, pues hay que hacer frente a las deudas. Nuevamente todo parece hecho con Pina, pero entonces llega una inesperada oferta económica. Muñoz, presionado desde muchas parcelas bajo el lema “vende y vete”, decide hacer caso y vender e irse. El nuevo propietario es la sociedad “Sinergy”. Y vuelta al desastre, tal y como ocurriera con el grupo de Madrid, con ADA o con Baldasano. Sinergy ni inyecta capital ni paga deudas y el equipo está a punto de descender a 3ª. Desde el verano de 2013, Muñoz denuncia impagos e incumplimiento del contrato, lo que deriva en que se sentencie la anulación del mismo y la salida a subasta pública de las acciones. El 3 de diciembre de 2013 se celebra la subasta con un único sobre de oferta, que es la del grupo “Locos por el Balón”, que se hace con el paquete accionarial del 49,5%. Ahora sí Antonio Muñoz se desvinculaba definitivamente de la gestión del Cádiz CF y esta vez, por fin, dejándolo en buenas manos.

APUNTES HISTÓRICOS. Manolo Granado, Área de Historia Cádiz CF.