El Cádiz sigue en Copa del Rey gracias a su orgullo y buen trabajo. El gol de Barral vino acompañado con un recital de pundonor ante un arbitraje que desquició a los amarillos pero no logró sacarlos del encuentro.
Sólo Abdullah y Nico Hidalgo repetían en el once titular de Álvaro Cervera respecto al último encuentro liguero. Osasuna, al igual que ya hicieron Alcorcón o Gimnástic, optó por una línea de cinco jugadores en defensa para intentar detener el peligro cadista.
La primera ocasión llegó al cuarto de hora con un saque de esquina de De las Cuevas que, tras rechazar Rubén Yáñez, acabó con un centro lateral que Bijker casi mete en propia meta. Los amarillos avisaron a continuación con un centro de Moha que Nico Hidalgo remató fuera en el segundo palo cuando se cantaba el gol. Este iba a llegar en el minuto 26 con un centro del catalán que ganó línea de fondo, tras aprovechar un pase de Correa, y mandó un centro perfecto que fue cabeceado por David Barral. El isleño, que lucía el brazalete de capitán, volvía a marcar.
Osasuna intentó dar un paso adelante pero sólo consiguió hacerlo con tiros lejanos sin apenas peligro. El Cádiz también probó pfortuna con un tiro cruzado de Álex Fernández que se marchó pegado al palo.
En la reanudación los rojillos cambiaron el dibujo para poner cerco a la portería cadista. David con un tiro cruzado lo intentó pero detuvo Yáñez. Pero el partido se iba a calentar de una manera completamente incomprensible.
Los jugadores amarillos entendían que las acciones no estaban siendo sancionadas de igual manera y mostraron su pesar al colegiado, lo que arrancó primero con una amarilla a Abdullah, que fue sustituido, y mas tarde con la expulsión de Álvaro Cervera del banquillo.
Con los nervios a flor de piel el encuentro se rompería completamente. Los navarros buscando a la desesperada el empate y los amarillos intentando una contra que cerrar el marcador a favor. Los primeros gozarían de una muy clara con un centro de Kike Barja que se paseó por línea de gol, la réplica en el minuto 87 con un pase de la muerte de Salvi a Barral que sacó la defensa.
El final llegó con más suspense. Buñuel derribó a Salvi dentro del área y el colegiado señaló penalti. Barral lanzó pero Manu adivinó la trayectoria del esférico y repelió el lanzamiento. No hubo tiempo para más. La Copa no para.
