Conocido por su bombo, su ubicación y su inestimable apoyo en cada partido que el Cádiz CF juega como local, Christian Panuchi se ha ganado un lugar en el cariño de todos los aficionados amarillos, que conocen, en mayor o menor medida, a uno de los cadistas más insignes de Preferencia.
En declaraciones a los medios oficiales del club, Panuchi explica que su intención siempre es "disfrutar y pasarlo bien, y también a animar al equipo y motivar a la gente de alrededor a que haga lo mismo, para generar buen ambiente y buen rollo". "Estoy en un sitio que puede llamar un poco más la atención porque no es igual que Fondo Sur, que es donde estaba yo. Allí yo sería uno más, aquí, en Preferencia, destaco un poco más, aunque ya hay gente que se va animando", detalla sobre su lugar en el estadio. "Es mi forma de vivirlo. Mis amigos dicen que, una vez que aparco en Loreto, me transformo", afirma entre risas.
Su manera de vivir el fútbol en el feudo amarillo ha cautivado a decenas de aficionados al Cádiz CF. "Cuando empecé el estadio era una olla a presión, y yo mantengo esa forma de animar", razona cuestionado por el incansable ánimo que insufla cada fin de semana, cuando trata de que "el equipo visitante se sienta aquí siempre un poco agobiado. "Tenemos cánticos para el portero, siempre sin insultar", profundiza antes de recalcar que él "nunca" pierde "la ilusión". "Cuando empieza LALIGA tengo ese hormigueo y siempre apoyamos. Para mí eso es bonito también", comenta.
Además, no escatima en elogios hacia el club de sus amores. "El Cádiz CF es una parte muy importante de mi vida. Tengo mi familia, mi trabajo, mis obligaciones... Como todo el mundo y como es lógico, pero no concibo una temporada sin venir al estadio, tiene que ser una fuerza mayor", insiste orgulloso. "Yo me contagié de la fiebre amarilla y todavía no he encontrado la vacuna para curarme, y tampoco la quiero. Soy feliz siendo del Cádiz CF".
