El CCF B prosigue su puesta a punto y cuida hasta el más mínimo detalle de cara al inminente inicio de la competición liguera. El cuerpo médico y los preparadores físicos completan una serie de pruebas físicas que tienen una importante continuidad durante la temporada.
La plantilla se ha sometido a una nueva sesión de control de pliegues con el objetivo de anotar el peso individualizado de cada futbolista y su pertinente porcentaje de grasa, que es seguido y evaluado de manera periódica durante todo el curso a requerimiento de los preparadores.
Por otro lado, los jugadores han completado, también de manera individualizada, una serie de mediciones que sirven para medir la fuerza y detectar posibles desequilibrios anatómicos. Una vez detectados se programan trabajos específicos preventivos. Cabe destacar que todas estas actuaciones quedan debidamente monitorizadas y grabadas con la ayuda de soportes informáticos que permiten un seguimiento más adecuado.
