MADURANDO EL ASCENSO A PRIMERA (1970 – 1976)
Los años setenta se inician con nuevos bríos y ánimos, impulsado por el joven presidente José Antonio Gutiérrez Trueba. Al final de la temporada 1970/71 se da a conocer ante la hinchada cadista un menudo futbolista de la cantera apodado Villalbita, tan llegador como enclenque. De hecho, al tercer partido ya se había roto la clavícula. Pero cuando madura, pasará a ser conocido como Villalba, y esa maduración coincidirá con el primer ascenso a Primera de la historia del Cádiz CF, del que aquel extremo será pieza clave. Otra revelación del arranque de los setenta es Migueli, “Tarzán” Migueli, que al final de la 1972/73 será traspasado al CF Barcelona por 12 millones de pesetas.
La 1971/72 es un carrusel de entrenadores, pues el equipo anda siempre descolgado. García Andoaín aguanta seis jornadas. Para la séptima se elige al Papi Delgado, después Fernando Daucik, durante cinco jornadas, pues enseguida se revela que ha sido expedientado por un litigio con la Federación. Será Adolfo Bolea quien le supla hasta la jornada 23, cuando se sabe que el Colegio Andaluz de Entrenadores le impide ejercer. El guardameta Martínez es entonces quien hace las alineaciones durante dos semanas, hasta que en la jornada 25 llega José Antonio Naya, que coge al equipo en la posición 13º y acaba el torneo en la 14º, obligado a una eliminatoria de permanencia con el Sestao SC. Los goles de Machicha (2), Otiñano y Baena salvan al Cádiz CF: 1 a 2 en la ida en Sestao y 2 a 2 en Carranza, donde los hinchas terminarán abroncando a su equipo por todos los sinsabores de la temporada. Lo mejor, indudablemente, amén de la permanencia, será la eclosión de Andrés y de Baena, dos gaditanos que se salen en Segunda y que merecen la atención de los grandes. El primero, pese a su condición de jugador defensivo, celebra algún gol apoteósico durante aquella Liga, como el que le hizo al CD Castellón: un eslalon maradoniano; y el segundo, pese a que cumple el servicio militar, suma ya nueve goles, y once en la siguiente.
No obstante, la productividad goleadora de Baena alcanzará su culmen en la 1973/74, en la que, con 24 goles, consigue el Trofeo Pichichi de Segunda. Semejante ristra de goles es, sin lugar a dudas, una de las claves de una campaña formidable. Con Domingo Balmanya, antiguo seleccionador nacional, en el banquillo y un plantel en el que despuntan, además del citado Baena, jugadores como Bonilla, Díaz, Carvallo, Eloy, Ibáñez, Soriano o Villalbita, entre otros. Tienen muchas opciones de ascenso hasta el final, pero en la jornada postrera no se dan los resultados: el Cádiz CF debe ganarle al Real Valladolid y esperar que el CA Osasuna, ya descendido, venza al Hércules CF. No será así. Los alicantinos se imponen por 1 a 2 y el Cádiz CF, que gana al Real Valladolid por 2 a 0, debe conformarse con el cuarto puesto.
Baena es traspasado al Atlético de Madrid en abril de 1975, por 15 millones de pesetas, es decir en el transcurso de una temporada en la que nuevamente el Cádiz CF, ahora con Sabino Barinaga en el banquillo, compite por ascender. Lo anterior sólo puede explicarse considerando las vicisitudes administrativas que suceden tras la marcha en febrero de Gutiérrez Trueba, pese a que en septiembre había renovado su mandato por otros cuatro años. Una Gestora se hace cargo durante dos meses. A las elecciones se presentan tres candidatos: José Aranda, Manuel de Diego y Vicente Alonso, que en abril resulta elegido como nuevo presidente.
La 1975/76 es la única campaña con Vicente Alonso. Fue una temporada demasiado convulsa, por los malos resultados deportivos y las fallas de la economía. Los resultados son tales que por el banquillo desfilan Barianga, Juan Arza, Adolfo Bolea y Luis Escarti, éste para los dos partidos de la promoción de permanencia con el Baracaldo CF. Bolea, al parecer, había enfermado. Los amarillos logran un gran resultado en la ida, 3 a 0, con esta formación: Bocoya; Cenitagoya, Tanco, Díaz, Julio Puig; Carvallo (Herrero), Ibáñez, Ortega; Lloret (Villalba), Quetglás y Mané. Los goles son de Carvallo, Ibáñez y Quetglás. En la vuelta se mantienen firmes y, aunque pierden por 3 a 2, celebran su continuidad en la categoría. Vicente Alonso presenta de inmediato su dimisión.