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EL “SUBMARINO AMARILLO” (1988 – 1992)

La temporada 1988/89 se salva, como ya viene siendo costumbre, salvo la temporada anterior, en el último partido después de haber estado prácticamente toda la temporada coqueteando con el descenso. Se evita el descenso directo y también la promoción de descenso al vencer el 25 de junio de 1989 en la última jornada en La Condomina al Real Murcia por 0 a 1 (gol de Jose) con este once: Szendrei; Raúl, Carmelo, Oliva, Cortijo; Linares, Manolito, Montero (Mágico), Calderón; Villa y Jose.

El rendimiento del equipo durante la 1989/90 está condicionado por el debate en torno a Mágico. Parte de la afición lo demanda, pero David Vidal no lo alinea aduciendo que es una “manzana podrida” dentro del vestuario. Las broncas del público hacia el entrenador se suceden, pero cuando, a ocho jornadas del final, Vidal es destituido y Colin Addison ocupa su puesto, Mágico sigue teniendo escasa aparición en las alineaciones del inglés. De hecho, se salva la categoría ganando los cuatro últimos partidos, todos por uno a cero: Rayo Vallecano en Vallecas, Real Sociedad, CD Tenerife en el Heliodoro Rodríguez López y RC Celta. Mágico sólo juega en dos de ellos saliendo como suplente.

Esta campaña debe recordarse, además, por alcanzar las semifinales de la Copa del Rey. Nunca se había llegado tan lejos en esta competición. Sólo el Real Madrid fue capaz de apartar de la final a un Cádiz CF que había eliminado al CFJ Mollerusa en primera ronda (1 a 3 y 3 a 0); al Barcelona Atlético en dieciseisavos (1 a 1, 2 a 2), al Real Betis en octavos (1 a 0 y 2 a 0) y al Sporting de Gijón en cuartos (0 a 0 y 2 a 1). Pero el Real Madrid se muestra implacable, ganando 0 a 1 en Carranza y 3 a 0 en el Bernabeu (28 de febrero de 1990). El once de David Vidal es: Szendrei; Raúl, Carmelo, Oliva, Arteaga; Linares, Canillas, Romo, Quevedo; Lajos (Montero) y Mágico. Hechos singulares de aquel torneo son la actuación de Szendrei en el segundo partido con el filial azulgrana, parando tres penaltis en la tanda final y la gravísima lesión con fractura de peroné de Jose cuando celebra en Carranza uno de los dos goles al Real Betis.

El relato de la campaña 1990/91 pertenece también al género épico. La leyenda del “Submarino Amarillo” es cada vez mayor. Comienza de entrenador el argentino Héctor Veira, siendo relevado en la jornada 30º por Ramón Blanco. Los cadistas de entonces no olvidarán nunca el partido correspondiente a la jornada 34º. El Cádiz CF es último clasificado y se la está jugando cuando recibe la visita el líder, el FC Barcelona de Johan Cruyff, al que le falta solamente un punto para ser campeón. El resultado, sin embargo, revienta las quinielas y supone una enorme satisfacción para el cadismo: Cádiz CF 4 – FC Barcelona 0.

El equipo recibe una bombona de moral para los partidos que restan. Aunque se pierde en Castellón, se gana en carranza al Sevilla FC (2 a 1), se empata a cero en Mallorca y todo se decide en la última jornada en Carranza ante el Real Zaragoza. Al Cádiz CF sólo le vale ganar para evitar el descenso directo y jugar la eliminatoria de promoción de descenso, mientras al equipo maño le basta el empate para eludir dicha promoción. El partido pinta mal, pues mediada la segunda mitad se adelantan los visitantes. Pero llega el momento de uno de los canteranos más prometedores, Kiko Narváez, que ya había debutado unas jornadas antes frente al Athletic Club. A falta de diez minutos del final, una jugada suya acaba en penalti, que transforma Dertycia, que había llegado en el mercado invernal aportando fuerza y bríos al equipo, y un par de minutos después, tras sensacional jugada, Kiko engancha un tiro cruzado que se estrella en la cepa del poste y entra en la portería defendida por el excadista Cedrún. El Cádiz CF se salva del descenso directo, pero debe jugar una eliminatoria frente al candidato de Segunda, el CD Málaga.

Ambos partidos frente al CD Málaga finalizan con victoria local por 1 a 0, consiguiendo Jose el gol cadista en el partido de vuelta en Carranza. Se hace necesaria la tanda de penaltis para determinar si el Cádiz CF se mantiene o si el CD Málaga asciende. La tanda se resuelve favorablemente para los intereses cadistas, con anotación del último lanzamiento de Juan José y parada de Szendrei.

Si en la campaña anterior se logra la permanencia tras dos partidos frenéticos de promoción ante el CD Málaga; en la 1991/92 se repite la historia con Ramón Blanco en el banquillo. El Cádiz CF evita el descenso directo, pero debe jugar nuevamente la eliminatoria de promoción. En febrero, Irigoyen quiere repetir su acierto con Dertycia y trae a otro revulsivo, el delantero brasileño Tilico. Y tampoco falla, pues anota ocho goles que resultan cruciales para evitar el descenso directo y jugar dicha promoción. El rival es la UE Figueres. El Cádiz CF toma clara ventaja en el partido de ida en Carranza, ganando por 2 a 0 con goles de Tilico y Fali Benítez y consuma la permanencia el 21 de junio de 1992 en Figueras empatando a uno, con gol de Quevedo.