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CATORCE AÑOS EN SEGUNDA (1955 - 1969)

Con el ascenso de 1955 se inicia una etapa en Segunda que se prolongará durante catorce temporadas. Esta categoría estaba entonces formada por dos grupos. Al Cádiz CF le corresponde el II, con rivales andaluces, extremeños, murcianos, valencianos, norteafricanos y canarios. Los hechos más sobresalientes de este periplo son, en primer lugar, la fulgurante aparición de Manolín Bueno, un jovencísimo extremo gaditano al que le bastan unos pocos partidos en Segunda para ganarse la atención de todos, entre ellos el Real Madrid y el CF Barcelona, aunque serán los blancos quienes se adelanten y concreten su fichaje el 1 de mayo de 1958, después de que Miguel Muñoz, el mítico entrenador del Real Madrid y de la Selección Española, dé su visto bueno. El fichaje supuso para el Cádiz CF 1.250.000 pesetas.

Otro hecho singular es la pésima clasificación obtenida en la temporada 1959/60, cuando el descenso está muy cerca. Se salva con un final de Liga algo milagroso, en el que un empate del Rayo Vallecano con el CD Almería resulta providencial para evitar el descenso automático. Y posteriormente se salva en una promoción de permanencia ganada al Algeciras CF. Los resultados son de empate a uno en Algeciras y 2 a 1 en Carranza. Juan Bejarano, que entrenaba desde febrero, tras la dimisión obligada de Camilo Liz por una secuencia de ocho derrotas consecutivas, alinea aquel 26 de abril de 1960 a Ignacio; Jiménez, García-Verdugo, García; Naranjo, Botana; Pedrusco (autor de los dos goles), Candi, Lorente, Sornichero y Mekarle. A mitad de temporada, acuciado por las críticas, había dimitido el presidente Manuel Vieira y Francisco Márquez Veiga, su vicepresidente, asume el mando dispuesto a gestionar de un modo muy distinto.

Márquez Veiga preside el Cádiz CF durante una década, de 1960 a 1970. Durante su largo mandato pretende gestionar sin riesgos, reduciendo gastos, principalmente en la contratación de jugadores y alentando para que se promocionen jugadores gaditanos o a jóvenes promesas. Los apuros económicos siempre estarán presentes. Baste decir que, para sufragar algunos desplazamientos, se hace disputan partidos amistosos allá donde fuera para costearse algunos gastos. La nueva estrategia económica y deportiva afecta también a la figura del entrenador. Márquez Veiga cree que es esencial planificar y que el trabajo del entrenador debe prolongarse durante varias temporadas para que resulte efectivo. De ahí que a José Luis Riera lo mantenga durante tres temporadas y que a Julio Vilariño le firme un contrato por cinco, aunque sólo cumplirá cuatro. Con esta nueva mentalidad, el Cádiz CF podrá mantenerse en Segunda, aunque con altibajos, hasta que sobreviene la calamidad del final de la década.

Entre las notas más positivas, destaca la temporada 1962/63. Los amarillos rozan un ascenso, pero se aleja con una severísima derrota en Valencia ante el Levante UD por ¡7 a 2!, a cinco jornadas del final. Sólo pueden ser cuartos, cuando sólo ascienden los dos primeros. Es el Cádiz CF de los García I, García II, García III, Bolea, Soriano, Victoriero o de Máximo Mosquera, un internacional peruano, con muchos años de fútbol en sus piernas, que se convierte en el ídolo de la hinchada, aunque, curiosamente, no será capaz de adaptarse y ni tan siquiera acabará el campeonato.

La 1964/65 es otra Liga de apuros y promoción de permanencia, para acabar salvando la categoría con tres partidos ante la SD Éibar: 2 a 0 en Ipurúa, 2 a 0 en Carranza y en el desempate, que se celebra en el estadio Metropolitano de Madrid el 22 de abril de 1965, goleada del Cádiz CF por 4 a 1 después de una segunda parte memorable; pues al descanso perdían los amarillos. Aquel triunfo lo lograron Domínguez; Luna, Aragón, Santana; Arteaga, Antoñito; Llona, Ramón, Juanito, Haro y Beato. Los goleadores fueron Haro, Llona, Ramón y Juanito, éste de penalti.

Juanito era conocido como Juanito Mariana. Un jugador deslumbrante, de los más recordados de la historia del Cádiz CF y que acabaría siendo traspasado al CF Barcelona. Ocurre al final de la 1967/68 después de unos meses formidables en lo que Juanito marca goles de dos en dos, goles que resultarán vitales para conseguir un quinto puesto, y no verse afectado por una terrible reducción de la categoría. El traspaso se concreta en mayo de 1968 por cuatro millones de pesetas. No es el único jugador codiciado por otros clubs. Bermúdez y López también tienen ofertas, aunque sólo se concretará el traspaso del guardameta al RC Celta por 700.000 pesetas.

Cansado de la monotonía de la Segunda y con la eterna aspiración del ascenso a Primera, se emprende la temporada 1968/69. El desastre es absoluto, pues no sólo no se asciende, sino que se desciende a Tercera. El Cádiz CF pierde la categoría y Márquez Veiga, posiblemente, pierde también la fe en lo que viene haciendo. En aquel grupo único de Segunda, con veinte equipos, al Cádiz CF le falta firmeza, fútbol y, sobre todo, goles. También le falta un portero y un delantero centro como reclama insistentemente Vilariño. Se intenta contratar, sin éxito, a Miguel Ángel, el orensano que triunfaría en el Real Madrid, y se echan de menos a Almagro, que cumple servicio militar en San Fernando, y sus goles llegan demasiado tarde, pues no se pudo incorporar hasta abril. Los cuatro últimos son los que se queman y la permanencia del Cádiz CF arde en la misma pira que las del Mestalla, Indauchu y Jerez Industrial.