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CÁDIZ CF SOCIEDAD ANÓNIMA DEPORTIVA (1993)

El año 1992 supone un antes y un después en la vida España: la Exposición Universal de Sevilla, los Juegos Olímpicos de Barcelona, con el Oro de la selección española de fútbol con Kiko como protagonista. Y también es un hito para el Cádiz CF y la mayoría de clubes españoles, obligados por la Ley del Deporte a buscar accionistas y a conducir la transformación en Sociedad Anónima Deportiva. Una metamorfosis de graves consecuencias para la entidad cadista, que resultará víctima propicia cuando la cultura del pelotazo, otro de los grandes fastos del 92, se traslada al mundo del fútbol.

La resistencia al descenso del Cádiz CF se quiebra en la temporada 1992/93, finalizando esta etapa tan exitosa en la máxima categoría. El descenso a Segunda puede relacionarse, sin dudas, con el tortuoso proceso administrativo. Al inicio de Liga, un debilitado Manuel Irigoyen, en lo que a su salud y a su capacidad de gestión se refiere, sigue al frente de un Cádiz CF que ya era S.A.D., manteniéndose hasta diciembre. Entonces la directiva, que ya no es tal, sino un Consejo de Administración, regentado por la corporación municipal, ya que, al no haber compradores, el Ayuntamiento se hace cargo de las acciones para evitar la desaparición del Club, pero avisando que se venderían en cuanto haya oportunidad. Con los políticos al frente no hay salvación deportiva. Se ocupan más de recolocar las acciones que de reforzar al equipo. Nuevamente se recurre a la fórmula del fichaje bomba para la segunda vuelta, practicada esta vez con el brasileño Macedo, pero esta vez sin éxito alguno. Los técnicos José Luis Romero primero y Ramón Blanco después no pueden evitar el descenso. El 5 de junio de 1993, después de perder por 3 a 0 con el RCD de La Coruña, a falta de dos jornadas para el final, se consuma el descenso.

El Cádiz CF como Sociedad Anónima Deportiva está abocado al desastre. El Ayuntamiento traspasa las acciones al denominado Grupo de Madrid, que decide recuperar a Manuel Irigoyen en la presidencia, aunque con las manos atadas. Posteriormente, por problemas de salud del insigne presidente, se nombra a Juan Manuel González en la presidencia. No obstante, quien figura como propietario es Enrique Cerezo, hombre de confianza del presidente del Atlético de Madrid, Jesús Gil. La primera gestión del Grupo de Madrid es traspasar a los dos grandes valores del equipo, Kiko y Quevedo, al club colchonero, por un dinero que nunca llega a ingresar en las arcas cadistas; y a Arteaga al RCD Espanyol por 125 millones.

Aquel Cádiz CF tan debilitado en lo deportivo como en lo institucional no podrá ni siquiera mantener la categoría en Segunda División. Los malos resultados convierten el banquillo en una guillotina que descabeza siempre al plantel por el lado del entrenador: Colin Addison, Hugo Vaca, José Antonio Naya y el tándem Marcelino - Cacho Heredia. A siete jornadas del final, el desastre deportivo es de tal magnitud que ya se consuma el descenso Segunda División “B”. Jugadores míticos como Carmelo, Oliva, Mateos, o Barla, que han vivido las glorias en Primera, ven ahora como su equipo se despeña a la tercera categoría nacional. La mayoría de aficionados no quieren presenciar el hundimiento y abandonan al equipo. Los buenos permanecen, a las duras y a las maduras. De hecho, la cifra de abonados es sólo 3.700, pero para cuando acaba la temporada apenas queda nadie en las gradas de Carranza. Es un batacazo espectacular del que el Cádiz CF tardará mucho en reponerse.

Pese a todo, en estos años el Cádiz CF llevó a sus vitrinas los Carranza de 1993 y 1994, de penalti ambos, tras sendos empates frente al Palmeiras y al Sevilla FC.