Skip to main content
ES

ASCENSO A SEGUNDA TRAS NUEVE AÑOS EN SEGUNDA “B” (2002/03)

En la 2002/03 finalmente el cadismo podrá celebrar la salida del infierno de la Segunda “B” tras nueve penosos años. Antonio Muñoz confía en la gestión deportiva de Jose González y el rendimiento del equipo, muy mermado deportivamente, está por encima de sus posibilidades. No es una buena temporada regular, pero siempre se está por la zona alta de la clasificación, pero sin llegar a engancharse. En los últimos partidos el equipo flojea, pero le basta para clasificarse como cuarto clasificado.

En la Liguilla de Ascenso se enfrenta a CD Logroñés, FC Barcelona “B” y Universidad de Las Palmas. Se comienza de forma espectacular, ganado en Las Gaunas por 1 a 2, con goles de José Luis y Abraham Paz de penalti; y en casa al filial blaugrana por 2 a 0. La visita a Barcelona, con derrota por 3 a 1, sirve para poner los pies en el suelo, pero se recuperan todas las ilusiones al volver a ganar al CD Logroñés por otro 2 a 1, goles de Palacios y Sambruno. Los dos últimos partidos son frente al equipo canario. En Carranza se empata a cero y todo queda a expensas de la última jornada en el Juan Guedes de Las Palmas el 29 de junio de 2003. Hace falta el empate para asegurar el ascenso, pues el FC Barcelona “B” está al acecho.

Se adelanta el Universidad con un gol de… ¡Jonathan Sesma!, pero poco después Pavoni se interna en el área, le derriban y, como otras veces, Abraham Paz asume la responsabilidad y anota desde los once metros el gol del empate. No se volverá a mover el marcador. El Cádiz CF asciende a Segunda División y abandona el infierno de la Segunda “B”. El once del ansiado ascenso es: Armando; Velázquez, Sambruno, Abraham Paz, Varela; Dani Navarrete (Sergio Iglesias), Vicente, Suárez, Palacios; Pavoni (Zafra) e Israel (Sergio Cruz).

Nunca antes se había visto una explosión de satisfacción semejante en Cádiz, y en la mayor parte de la provincia. Los cadistas tiñen la ciudad de amarillo y azul y convierten la fuente de las Puertas de Tierra en un baño de felicidad. Miles y miles se bañan allí para descargar toda la rabia contenida durante nueve ligas.