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Reseña histórica: Empate agónico en Valladolid

En la temporada 1991-92, el Cádiz CF se jugaba en la jornada 35 el partido más trascendental de la temporada, el que podía decidir el futuro de los amarillos

En la temporada 1991-92, el Cádiz CF se jugaba en la jornada 35 el partido más trascendental de la temporada, el que podía decidir el futuro de los amarillos, visitaba Valladolid, donde estaba en juego la posibilidad de alcanzar la promoción, eludiendo el descenso directo.

El 17 de mayo de 1992, los jugadores dirigidos por Ramón Blanco, se enfrentaban a su gran rival por eludir unos de los puestos de descenso directo: el Real Valladolid. En el caso de que los amarillos cayeran derrotados, les abocaba irremediablemente a la Segunda División, ya que la ventaja de los pucelanos sería entonces de tres puntos, además de tener el golaveraje a favor, lo cual, faltando sólo tres partidos para finalizar el campeonato, y teniendo en cuenta que se otorgaban dos puntos por victoria, sería prácticamente imposible remontar.

El encuentro era dirigido por el colegiado extremeño Pajares Paz, con media entrada en las gradas del estadio Nuevo José Zorrilla una tarde muy calurosa y terreno de juego en aparente buen estado. Las alineaciones de dicho encuentro fueron por parte del Cádiz CF: Szendrei; Francis, Linares, Oliva, Mateos; Poli (“Indio” Vázquez), Javi, Milanko (Quevedo), Barla; Kiko, Tilico. Y por el Real Valladolid: Ravnic; Cuaresma, Moreno, César Gómez, Lemos; Alfonso, Caminero, Vicente Engonga, Aragón; Onésimo (Patri); Fonseca (Alberto).

El equipo amarillo se adelantó en el marcador a los siete minutos de juego, un balón en profundidad de Francis a Poli por la banda derecha, éste se hace un autopase y envía al centro del área donde Tilico controla y dispara fuerte y cruzado al fondo de la red. En el minuto 21 Caminero hace el empate a uno.

La segunda mitad fue un puro despropósito de los amarillos, en el minuto 62 se produjo la jugada que pudo ser clave, Linares hace una fuerte entrada a Onésimo, y es expulsado al ver su segunda tarjeta amarilla, la falta la saca Aragón desde cerca de un lateral del área y sorprende a Szendrei, convirtiéndose en el 2-1.

Tras el gol vallisoletano adelantamiento de líneas a la desesperada de los amarillos, dejando una defensa en línea con tan solo tres hombres, con los lógicos espacios para los contragolpes pucelanos que no fueron capaces de sentenciar con un tercer gol.

Cuando en el minuto 93 en pleno acoso por la desesperada del Cádiz, el balón llega a Tilico solo dentro del área, dispara, rechaza Ravnic y el brasileño aprovecha para fusilar el gol. Tras el gol, la euforia gaditana tuvo el contrapunto de la lipotimia que sufrió el presidente Manuel de Irigoyen, que tras ser atendido por los servicios médicos se recuperó.

 

APUNTES HISTÓRICOS_ por Francisco Rodríguez, Área de Historia Cádiz CF